LOS BENEFICIOS DE UNA NALGADA A LA ANTIGUAMi abuelo me contó esta divertida historia de cuando era niño. Creo que le pregunté si alguna vez se metió en problemas en la escuela. Él dijo: “ Oh, sí. Un día traje un interruptor que hice para mi maestro, para usarlo con los otros niños. El día no había terminado antes de que esa cosa fuera usada en mí. Y escucha esto, se rió cuando me dijo esto. ¿Qué? Eso no se supone que suceda, ¿verdad? ¿Quieres decir que recibir gritos d alegría , nada menos que frente a la clase, y luego recordar los vívidos detalles de ese horrible evento no hizo que se sintiera desconcertado debido a los años de angustia mental que sufrió? Así es. Y como yo y la mayoría de las personas que conozco, aunque no siempre se hizo correctamente, a menudo logró su propósito.
Nota: Aquí viene el descargo de responsabilidad. Quiero dejar en claro que las nalgadas no deberían ser la única herramienta en la caja de herramientas y para algunos niños no será efectiva. También quiero reconocer que algunas personas han sido abusadas tanto emocional como físicamente a través de este tipo de disciplina. No estoy abogando por un enfoque de 'golpearlos para que se sometan' aquí. Cada vez que disciplinamos a nuestros hijos es con el objetivo de edificarlos y mejorarlos. A veces esas lecciones duelen.
AZOTES, AZOTES, AZOTES Y CASTIGOS CORPORALES
Cuando era niño me pegaban en la escuela . O, mejor dicho, remaron . Había cuentos fantásticos sobre la paleta eléctrica en la oficina del director e historias sobre la forma aerodinámica de la paleta que la hacía ultrarrápida y literalmente le arrancaría el trasero a un niño. He estado en los extremos positivos y negativos de la disciplina con la paleta, donde en algunos casos se usó como el único medio para disciplinarme y en otros se reservó para los peores infractores, aún yo, y se administró con extremo prejuicio. Me remaron mucho, y la verdad sea dicha, no siempre funcionó. Bueno, funcionaría para el día, por lo general, pero realmente odiaba la escuela o me encantaba ser el payaso de la clase y en poco tiempo me enviaron de regreso a la oficina del director.
Esto puede ser parte de la razón por la que inicialmente decidimos no azotar a nuestros hijos. Además de eso, crecer en una sociedad que promovía una forma 'mejor y más amable' de criar a los niños, parecía lo correcto. Simplemente íbamos a amar a nuestros hijos lo suficiente y ser lo suficientemente buenos padres como para no tener que dar nalgadas. Desafortunadamente, eso no funcionó. Más tarde escuché a alguien decir: “ ¿Sabes cómo llaman a los niños que simplemente son 'amados' mucho? mocosos! Descubrimos esto cuando nuestro hijo de 15 años tenía solo 2 años, o tal vez un poco más. Se estaba convirtiendo lentamente en un poco de terror y sentí que solo nos quedaba una opción. Cuando le administré su primera nalgada, fue como si se apagara una luz. “ ¡Mierda, estos tipos no están jodiendo!” es como me imagino su pequeño cerebro procesando el evento. Funcionó para él. Para nuestro otro hijo, no tanto. A menudo lo azotaban y no mostraba ningún cambio inmediato en su comportamiento. Llegué al punto en que me di cuenta de que estaba disciplinando por enojo y no porque sabía que lograría el resultado deseado. Tuve que encontrar una estrategia diferente.
¿POR QUÉ AZOTAMOS?
“El que escatima la vara odia a sus hijos, pero el que ama a sus hijos se esmera en disciplinarlos”. – Proverbios 13:24 NVI
No ha habido una cita más controvertida con respecto a las nalgadas o el castigo corporal que Proverbios 13:24 . Algunos dicen que la 'vara' mencionada es una herramienta que usa el pastor para guiar y conducir a las ovejas, no para golpearlas. Otros dicen que está abogando por disciplinar a sus hijos golpeándolos con un palo, simple y llanamente. Hay un versículo complementario en Proverbios 29:15 que creo que ayuda:
“La vara y la reprensión imparten sabiduría, pero un hijo dejado sin disciplina deshonra a su madre”. – Proverbios 29:15 NVI
Me parece que la vara está separada de la reprimenda y eso indica que la vara es de hecho una vara o caña y está destinada a infligir un poco de dolor. Si eres un padre cristiano, esto es algo sobre lo que debes tomar una decisión.
Independientemente, los cristianos no son las únicas personas que disciplinan a sus hijos azotándolos, por lo que es realmente un punto discutible. La pregunta es, ¿por qué la gente da nalgadas? Lo hacemos por varias razones.
ORDEN EN EL HOGAR
Hay un orden adecuado de la familia e incluye a los niños respetando a sus padres . Como padres, estamos en una posición de autoridad. Esto no significa que no podamos ser cuestionados o corregidos, pero sí significa que debemos ser respetados. No existe una organización o grupo funcional de personas cuyo liderazgo se vea socavado constantemente que perdure. Es nuestro trabajo establecer la ley y mantener nuestra posición de respeto. Y entiende esto, el respeto puede no ser debido a nosotros. Podrías ser un padre terrible. Pero si va a haber orden en su barco, el capitán (usted) debe ser respetado. De lo contrario, se producirá un motín. El desorden y la falta de respeto son lo suficientemente serios como para que los azotes como un medio de corrección, junto con la reprimenda (más sobre esto más adelante), se empleen si es necesario.
EL DOLOR ES UN PODEROSO RECORDATORIO
Por naturaleza somos reacios al dolor. A una edad temprana, antes de que seamos capaces de pensar y razonar sobre temas abstractos como la falta de respeto, la mentira, la falta de amabilidad y la desobediencia, el dolor sirve como herramienta de enseñanza. Cuando un padre ve que su hijo pequeño busca el enchufe de la pared, puede que le dé un golpe en la mano para que lo asocie con el dolor antes de que experimente el dolor real y peligroso que de otro modo experimentaría.
A VECES LA LECCIÓN ES ASÍ DE IMPORTANTE
La imagen destacada es un anuncio antiguo de Liberty Mutual (haga clic en él para ver el tamaño completo). En él, el padre dice: "Nunca lo golpeé antes... pero ¿qué podía hacer?" Continúa contando que se salió de la entrada de su casa y casi atropelló a su hijo que montaba su bicicleta demasiado cerca de los autos estacionados. Lo está disciplinando por amor a la vida de su hijo. Quiere que esta lección se mantenga para que su hijo no sea atropellado por otra persona.
PORQUE ESTAMOS ENOJADOS
No puedo simplemente enumerar los aspectos positivos aquí. A veces pegamos a nuestros hijos porque estamos enojados con ellos. Podríamos estar enojados porque continúan empujando los límites y aún no los hemos disciplinado, por lo que nos calentamos más y más hasta que explotamos. Otras veces estamos enojados porque nos han molestado o avergonzado. Desafortunadamente, esto sucede con demasiada frecuencia y es una de las razones por las que el castigo corporal tiene tan mala reputación. Las nalgadas no son una herramienta para aliviar nuestra frustración.
¿CUALES SON LOS BENEFICIOS?
A lo largo de los años he hablado con algunos chicos sobre este tema y generalmente se recuerda con un aire casi nostálgico. Para la mayoría de los hombres, hay una extraña sensación de orgullo al recordar nuestra disciplina temprana. Parece marcar un punto en nuestra vida que podemos mirar hacia atrás y recordar cuán ingenuos, arrogantes, flojos o engañosos fuimos y cuán fácilmente nos atraparon. Mirando hacia atrás a esos tiempos ahora, como adultos, nos parecemos ridículos, casi ridículos. Y, al imaginarnos a nuestras pobres mamás, papás y abuelos teniendo que darnos nalgadas, ahora que estamos en su posición, sentimos por ellos y reconocemos lo difícil que debe haber sido. También reconocemos que debieron preocuparse mucho por nosotros si estaban dispuestos a azotarnos mientras nos amaban. La forma en que íbamos a salir era importante para ellos yno tomaron el camino fácil por el que tantos abogan ahora.
NOS ENSEÑA A ACEPTAR NUESTRO CASTIGO.
Hay algo que decir acerca de poder pararse allí y recibir sus lametones. Claro, alguien puede estar sosteniendo tu brazo y puedes estar haciendo todo lo posible para escapar, pero aún así, te lames y sigues adelante. En la vida cometeremos errores, y estar a la altura de ellos (estar dispuesto a aceptarlos y aprender de ellos, así como asumir las consecuencias ganadas) se está convirtiendo en una cualidad perdida. Las personas buscan constantemente una salida al problema que crearon. Hay un número creciente de personas que están dispuestas a echarse la culpa por todo el resultado de su vida en lugar de tomar sus lamidas y seguir adelante.
NOS ENSEÑA QUE PODEMOS ESTAR EQUIVOCADOS Y AUN ASÍ SER AMADOS.
Esta puede ser la mayor lección que aprendamos al ser disciplinados físicamente. Puedes estar completamente equivocado, equivocarte por completo, recibir una bofetada en el trasero por ello y aún así ser amado por tus padres. ¿Cuan genial es eso? En un mundo en el que la gente parece no poder estar en desacuerdo entre sí sin que la llamen intolerante, racista, fanática o lo que sea, creo que esta actitud es muy necesaria.
UNA MANERA CORRECTA Y UNA MANERA INCORRECTA
Antes de instituir cualquier tipo de disciplina, debe existir el objetivo de enseñar y corregir en lugar de solo castigar en aras de ejecutar la justicia de los padres. Honestamente, esta es la parte más difícil para cualquier padre. Por lo general, disciplinamos en el momento y no pensamos mucho en por qué lo estamos haciendo, aparte de que queremos que se detenga cierto comportamiento. Aquí hay algunos principios que pueden ser útiles con cualquier tipo de disciplina, no solo con los azotes.
LA DIRECCION CORRECTA
RESERVA DE AZOTES PARA DELITOS GRAVES
Cualquier tipo de disciplina que utilice con demasiada frecuencia puede volverse ineficaz. No sé dónde está la línea para "escatimar la vara y malcriar al niño", pero yo, personalmente, no creo que un niño deba recibir latigazos por cada ofensa.
ESTABLECER CASTIGOS DE ANTEMANO
Si a un niño se le dan crayones y decide dibujar en la pared, nos gusta pensar que debería haberlo sabido mejor, pero, dependiendo de su edad, es posible que no. ¿Sería justo castigarlos por esto? No me parece. Pero se les debe advertir de las consecuencias la próxima vez y recordárselas con frecuencia.
NO AMENACE, SIGA ADELANTE
No soporto escuchar a un padre amenazar a su hijo con algún castigo y no cumplirlo. Los niños se dan cuenta de esto muy rápido y a una edad muy temprana. Si dices que vas a hacer algo, es mejor que lo hagas.
DILES POR QUÉ
No tienen que estar de acuerdo con la disciplina o incluso estar de acuerdo en que estaban equivocados, pero se les debe decir qué regla rompieron y por qué están siendo castigados.
PERDÓNALOS
Limpia la pizarra . Después de que se emita el castigo, hágales saber que están en buenos términos.
LA FORMA INCORRECTA
NO AZOTES CUANDO ESTÉS ENOJADO (LA MAYOR PARTE DEL TIEMPO)
Hay momentos en que los niños cruzan la línea con una infracción tan grave que necesitan una corrección inmediata. Sin embargo, estos casos son raros. Si siente que se está calentando, podría ser una buena idea alejarse un poco de la situación. Si esa no es una opción, hazle saber al niño que estás a punto de estallar y que te dé algo de espacio. Es mejor no azotar o disciplinar por enojo si se puede evitar.
NO LOS LLAMES NOMBRES
Cuando alguien comparece ante un juez, aunque sea por faltas graves, lo hace porque infringió la ley; no es personal Cuando etiquetamos a nuestros hijos, les ponemos nombres y los avergonzamos, estamos fuera de los límites de la gracia que se supone que debe mostrar la disciplina . Una cosa es desgastar el trasero de su hijo porque estaba fumando cigarrillos y otra cosa es llamarlo un sucio, mentiroso, ladrón, pedazo de basura como su tío Joe. Uno es un dolor temporal, el otro es una herida duradera.
NO GRITES
Hay una diferencia entre ser severo y levantar la voz en un sentido de mando y gritarle a su hijo. Si estás en modo de gritos, obviamente has cruzado a la zona de la ira. Gritar es una señal de que has perdido el control de la situación. En este punto, es probable que la disciplina inmediata sea ineficaz ya que el enfoque ha pasado de la regla que se rompió a una batalla de voluntades.
PENSAMIENTOS FINALES
Este fue un artículo difícil de escribir porque siento que hay mucha precaución que quiero emitir sobre este tema. También fue difícil porque me hizo pensar en lo mal que manejé esto con mis propios hijos. Desde entonces me he disculpado, pero sigue siendo algo difícil de reflexionar. Sin embargo, inculcar disciplina en nuestros hijos es tan importante que pensé que era necesario ir aquí. Creo que la mayoría de nosotros hemos visto niños en las tiendas, en las calles y en las escuelas, a los que les vendría bien que les rompieran la cola ... si se pudiera hacer por amor. El problema es que los padres a menudo están demasiado dispuestos a golpear a sus hijos y no disciplinarlos. Hay una diferencia.
Además, hay otras herramientas en la caja de herramientas para padres. Mantener a los niños en el camino correcto no siempre se trata de castigar, sino también de alentarlos y de erradicar los problemas más profundos del corazón que mantienen a un niño desafiante en problemas constantes. Pasar tiempo con sus hijos, especialmente tiempo al aire libre, hará maravillas en su relación , lo que hará que su palabra y su opinión tengan más peso. Si puedes practicar eso, hay una buena posibilidad de que los azotes sean pocos y esporádicos.
– Yarbrough