domingo, 10 de abril de 2022

Spanking paternal

Ser Adultos y prácticar el Spanking Paternal.

Muchos aún nos sentimos niños, con deseos de sentirnos cuidados y protegidos, con el deseo de que el adulto al que vemos como lo mejor (perfecto y puesto en un pedestal) nos guíe, aconseje y acompañe a ser mejores, a cambiar un mal hábito, a esforzarnos academicamente o laboralmente, a mejorar como personas. 

Una persona que nos de mimos y cariños cuando estamos tristes, enfermos o solo desanimados por algo. 

Que nos calme o distraiga cuando tenemos un problema que vemos desproporcionado o que nos sobrepase. 

Pero también alguien que nos corrija si estamos mal, ya sea con regaño, copias, rincón, prohibición, jalones de oreja, palmadas en las nalgadas (jamás cruzando la línea de lo sexual), ya que al no hacerlo se siente como si no le interesaras o que ya no lo quieres, como sino valiera la pena, es algo difícil de comprender, pero el sentimiento de no recibir tampoco castigo te hace sentir menos querida o querido.


El Spanking Paternal es más complicado de lo que se ve, no solo es castigo, es cuidado, cariño y guía.



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