Mi tía me pone un pañal 4

 

A la mañana siguiente, me desperté repetinamente y noté como alguien me bajaba los pantalones. Era María y con sus manos palpaba mi pañal que, por desgracia para mi, estaba muy húmedo. Ella se dio cuenta que me había despertado y me dijo: "parece que el bebé se hizo pipí encima esta noche, habrá que cambiarlo". Yo miré hacia la entrepierna y efectivamente me di cuenta de que el pañal estaba lleno. Me subió toda la sangre a la cabeza de la vergüenza y María corrió a buscar a su madre para cambiarme. Hugo se despertó también y noté al bajarse el pantalón que también estaba mojado pero estaba más tranquilo. Apareció mi tía con María detrás y le preguntó cómo tenía el pañal Hugo que contestó que mojado. Así pues mi tía exclamó: pues vamos a tener que cambiar a los dos niños, María me vas a ayudar." Mi tía movió a un lado de la cama a Hugo y me colocó junto a él para cambiarnos. "Tú vas a limpiar a tu hermano y yo limpio a Manuel, Vale María?" Dijo mí tía. María afirmó y ambas nos bajaron a la vez el pantalón dejando nuestros pañales empapados a la vista. Me dio mucha vergüenza tener que ser cambiado junto a un niño de 8 años. Entonces nos quitaron nuestros pañales (a Hugo la braguita Pañal) y nos limpiaron bien la entrepierna. Fue realmente vergonzante que el tamaño de mi pirulina fuera tan similar al de Hugo, siendo el más pequeño. Por supuesto yo tuve una erección por lo que María dijo: " por qué a Hugo no se le levanta la pirulina como a Manuel cuando lo cambiamos? " A lo que mi tía respondió: "porque todavía no es adolescente". María asintió y tras limpiarle bien toda la entrepierna e incluso el culete a Hugo, le añadió crema para las rozaduras y me puso un calzoncillo. Mi tía hizo lo mismo conmigo y por fin había acabado esa tortuosa situación. Desayunamos y nos fuimos a ver la tele, después nos pusimos a jugar al parchís y llegó la hora de comer. Mi tía nos dio un puré de calabacín que una hora más tarde me hizo que me doliera mucho la barriga. Fui al baño pero recordé que no había agua esa tarde por lo que no podríamos usar el vater durante unas 2 horas. Me agobié un montón ya que me empezó a entrar unas ganas de hacer caca terribles. Notaba como la caca estaba bajando y me lo haría en cualquier momento. Se lo dije a mi tía y me dio como solución el pañal. No tenía otra, o hacia caca en el pañal o sino me lo haría en los calzoncillos. Me lo puso rápidamente y me encerré en el baño para más intimidad. Intenté aguantar lo más que pude, no quería hacérmelo encima pero en un momento dado me empezaron a dar una retortijones muy dolorosos y decidí dejarlo salir. Me puso de cuclillas y me agarré al lavabo. Entonces empecé a empujar fuertemente. Sonó un pedete y comenzó a salir la caca de forma lenta pero sin pausa. Noté como el pañal se abultaba por detrás e incluso se ponía marrón. Solté una gran porción pero vino otra y seguí empujando hasta que salió todo. Me puse de pie, me miré al espejo y estaba muy rojo de apretar. En el culete sentía una gran masa caliente y sucia de caca que se movía con cada movimiento que hacía. Salí del baño y le pedí a mi tía que me quitara ese pañal. María lo escuchó y dijo: ¿Tiene caca el bebé? ¿Hay que limpiarlo?." Ellas dos vinieron y en el mismo baño me tumbaron. Mientras María me sujetaba las piernas, mi tía quitó las cintas y dejó ver mi pirulina y los huevitos que estaban un poco manchados con caca. Me limpió superficialmente con la parte de enfrente del pañal y después continuo con toallitas. Mientras, María cerró el pañal y lo tiró a la basura. Cuando estuve limpio, me puso un calzoncillo y me dejó así, sin pantalón hasta la cena. Por la noche volvió a ponerme un pañal, como todos los días.