domingo, 26 de diciembre de 2021

Adrià descubre su gusto por los pañales Capítulo 4 Final

Eran las 10 de la mañana de un sábado ,cuando Adrià de 12 años, escucho a su mamá  decir: "Ven aquí un momento" fue tranquilamente creyendo que quería algún recado. Pero cuando llegó se llevo una grata sorpresa, su mamá tenía un pañal en la mano.

Mamá - ¿Adrià tienes problemas y mojas la cama por la noche?

Adrià -No, la verdad es.... que me gusta usarlos. (Adrià se puso muy rojo en ese mismo momento)

Mamá -No pasa nada tranquilo, todo el mundo tienes sus gustos y unos son mas raros que otros pero no tiene nada de malo peor sería si fumaras o si bebieras.

Adrià-Entonces......¿Me guardaras el secreto?

Mamá - Claro que si, será nuestro secreto.
Le tiró el pañal a las manos y le dijo: la próxima vez guárdalos mejor ;)
Eso tranquilizo mucho a su hijo no creía que su mamá reaccionaría así de bien .

Los días pasaron tranquilamente, hasta que un día su mamá le pregunto: ¿Te gustaría que te cambiara los pañales?

El mostró una cara de felicidad en su rostro y asintió moviendo la cabeza, nunca pensó que su mamá ademas de aceptarlo le quería cambiar. Enseguida saco los pañales y el talco y se tumbo en la cama con su chupete en la boca.

Su mamá le dijo: "Parece que mi bebe lo tenía todo planeado". Mientras le baja los pantalones, y empieza a hacerle cosquillas en la barriga. Adrià no podía parar de reírse y se hizo un poco de pipí antes de que su mamá le pusiera los pañales hizo una mancha en el calzoncillo.
Ella le dio uno azotes suaves y con ternura en el culo y le dijo: "Parece que a este bebe hay que ponerle los pañales cuanto antes". Enseguida procedió a retirarle los calzoncillos y tirarlos a el suelo ya que estaban mojados, hacía mucho tiempo que no lo veía desnudo, enseguida comento: "Valla parece que el bebe no la tiene pequeña"(su pene estaba bastante contento hasta tenía un poco de esperma en la punta) su mamá se la bajó y se la limpió con unas toallitas de bebe ademas le subió las piernas con una mano y también le limpio el culito. Dijo:"Ya esta limpio mi bebe.
Adrià no podía estar mas feliz siempre había querido que alguien lo cambiara y ahora lo estaba haciendo su mamá con un cariño como nunca antes había tenido con el.

Espolvoreo mucho talco por sus genitales y ano, tanto que se veía todo blanco como si hubiera nevado. Su mamá le ajusto el pañal a la perfección. Mostró una sonrisa y procedió a marcharse, antes de que cruzara la puerta Adrià la llamo y le dijo: "Mama querrías darme el biberón".
Ella gustosamente respondió que si, lo coloco cobre sus piernas  y se sentó en la cama mientras procedía a dárselo. Adrià se quedo dormido justo cuando se lo acabo, su madre lo acostó y lo tapó cuidadosamente para que no se despertara y lo dejo solo en pañales y con el chupete en la boca.

Este juego lo realizaron muchas otras mas veces y los dos lo pasaban genial, aveces la madre se pasaba limpiándole el pene y acababa masturbandole pero a Adrià le gustaba mucho, otras le introducía pastillas para dormir machacadas en el biberón y cuando se dormía le colocaba un supositorio para que que se hiciera popo encima, Adrià a veces no entendía porque pasaba esto.
Al despertarse le decía que era muy marrano y le daba unas palmadas cariñosas en el culo hasta que lo tenía rojo.

Adrià descubre su gusto a los pañales Capítulo 3

De esa manera usaba pañales de vez en cuando, pero no le duró toda la vida.
A los 12 años Adrià empezó la secundaria que era en otro sitio diferente y ya no tendría acceso a pañales tan fácilmente. Entonces empezó a investigar en Internet sobre pañales y donde comprarlos, enseguida encontró que habían pañales de su talla para personas con sus gustos, pero el se había fijado en unos que salían por la televisión llamados Drynites, los anunciaban como pañales para los niños y adolescentes con enuresis.

Un día que sus padres no estaban en casa se animo a salir a comprarlos, ya sabía todos los supermercados que pañales vendían y se fue a el mas lejano de su pueblo donde no lo conocían y donde iba demasiado. Al llegar a la puerta de la tienda el corazón le iba a mil y casi no podía ni caminar, se dirigió a el pasillo correspondiente sin mirar a nadie y rezando porque nadie lo conociera, al llegar a caja por suerte no había nadie pasó el paquete rápido, la chica se le quedo mirando le sonrió y le dijo el precio, el como ya lo tenía todo preparado saco la mochila de clase y los metió hay.

Adrià salió de la tienda lo antes posible directo a casa, como se había ido lejos tenía un buen paseo de unos 15 minutos, al llegar a un banco se paro para poner el paquete bien, que lo llevaba incómodo, en ese momento se quedo empanado mirando el paquete y enseguida se empalmo, lo puso bien y continuo su camino hacia casa, aceleró un poco el ritmo ya que estaba ansioso de utilizarlos.

Al llegar a casa los sacó inmediatamente de la mochila y se puso a observar el paquete, después de unos 5 minutos se decidió ha abrirlo, nunca pensó que sacar el primero fuera una dificultad, al estar tan juntos le costó un poco. Pero ya lo tenía en sus manos, después de tanto tiempo ya podría utilizar un pañal tranquilamente sin tener que fingir ninguna herida, se tumbo en el sofá y levanto la piernas para luego ponérselos como unos calzoncillos, al colocárselos le quedaban perfectos, en su cara podía verse una felicidad inigualable, la misma que tienen los mas pequeños de la casa el día de reyes o de papa noel.(Entre los que me incluyo yo). Pero tenía un problema, tenía el pene tan duro en ese momento que se le salía por encima del pañal , pero lo pudo colocar de lado.

Corriendo y feliz se fue ha observarse en el espejo, le quedaban de lujo, todo lo que quedó de mañana se lo tiró en el sofá solamente con pañales aunque en dos ocasiones como el pene le sobresalía jugo con él, con ellos puestos, pero tenía un problema no sabía donde guardarlos, entonces cogió el paquete y lo colocó detrás del sofá, como eran pañales muy discretos los llevo todo el día debajo de la ropa hasta la noche la cuál también la pasó con ellos, para hacer pipí se los bajaba ya que no tenía muchos y quería utilizarlos mucho tiempo, pero cuando ya estaban a punto de romperse entonces  si que los utilizaba  y los llenaba hasta desbordarse, alguna vez hizo hasta alguna mancha en la cama pero lavaba la colcha y listo.

Después de un tiempo se compró también un chupete y talco, lo escondía todo en la cama de debajo, al ser hijo único solo la utilizaba en ocasiones especiales cuando venían amigos o se quedaban familiares a dormir. Todo le iba bien en la vida, los estudios, los amigos y utilizaba pañal siempre que quería. Pero un día todo cambio...

Adrià descubre su gusto a los pañales Capítulo 2

Después de lo sucedido aquél día Adrià se "olvido" de los pañales. O eso es lo que quería hacer creer a su familia porque siempre quiso volverlos a utilizar ,cada vez que iban a el supermercado se quedaba embobado mirándolos y pensando que algún día se atrevería a comprarlos.

La siguiente experiencia con los pañales fue cuando tuvo 10 años, estaba en 5ª de Primaria. Un día haciendo el pino en el recreo del colegio un compañero que iba corriendo se tropezó con su cabeza lo que le causó un fuerte golpe que le dejó en ese mismo instante bastante mareado. En seguida acudieron varios profesores y lo llevaron a la enfermería ,le pusieron una bolsa con hielo en la cabeza para calmar el chichón que le salió. Adrià enseguida se encontró mejor, de un primer vistazo observo la habitación ,nunca le había hecho falta entrar a la enfermería, observo en un armario con las puertas de cristal unos pañales que supuso que sería por si los niños pequeños sufrían algún accidente, quiso coger uno pero no pudo porque la enfermera estaba a su lado, pero tenía un plan.

El día siguiente bajando por las escaleras hacia el patio simulo tropezarse con una piel de plátano aunque el golpe que se llevó fue real, de inmediato unos compañeros le acompañaron hacia la enfermería y le contaron todo lo que paso a la enfermera. Ella dijo: "Parece que le has cogido cariño a este sitio". Adrià fingió que le dolía mas de lo que en realidad era , la enfermera le colocó una pomada en la espalda y fue a llamar a su madre para que lo recogiera. En ese momento aprovechó para coger un pañal del armario y lo guardo debajo de sus pantalones.
Cuando volvió la enfermera le dio la mala noticia de que su mamá no contestaba a el teléfono (cosa que el ya sabía puesto que estaba trabajando) enseguida se puso de pie de un salto y dijo: "Creo que esa pomada es milagrosa pues ya no me duele nada". Antes de que la enfermera pudiera pronunciar una palabra Adrià ya estaba fuera dirigiéndose al baño dispuesto a colocárselo.

Cuándo llegó al baño se metió en uno y cerró la puerta con pestillo, se denudó en un momento y dejó al aire un pene pequeño y contento con sus testículos sin nada de vello. Bajó la taza del váter y colocó el pañal encima, se sentó y lo cerro todo lo fuerte que pudo para notarlo mas. Ya casi se había acabado el patio así que volvió a clase  con el pañal puesto, como ese día tenía gimnasia llevaba chándal y no se le notaba casi nada excepto porque le salía un poco por delante, lo suficiente para que si alguien lo viera pusiera enseguida que era un pañal. Pero lo tapaba con su camiseta a rayas diagonales azules y blancas.

Durante las siguientes clases no presto atención puesto que estaba mas atento al pañal ,la profesora al darse cuenta le pego un grito el cual asustó a Adrià y mojo un poco el pañal, fue muy poco por fortuna y nadie se dio cuenta, el quería mojarlo completamente como la última vez pero le entro miedo a que lo descubrieran sus compañeros y se empezaran a reír de el, por ello no lo mojo mas aunque si se había llenado un poco lo suficiente para que solo lo notara el.

Como todos los días su mamá fue a recogerlo en coche, le pregunto que como estaba de la espalda que había escuchado el mensaje de la enfermera pero que no pudo ir a por el , respondió que ya estaba bien. Sabía que la madre enseguida lo llevaría al medico si le decía algo y el no quería ir y menos con pañal. Cuando se subió a el coche, al ser un sitio cerrado empezó a oler a meado, para que no se enterara su madre simuló que tenía calor y abrió la ventanilla, acto seguido sin que se enterara se sacó el pañal y en un momento de descuido lo tiró por la ventanilla del coche.

Adrià empezó a frecuentar más la enfermería simulando caídas y  mareos de vez en cuando para así poder utilizar pañales, a veces si no lo mojaba nada se lo dejaba toda la tarde hasta que ya en su cuarto tranquilo lo mojaba entero.

Adrià descubre su gusto a los pañales Capítulo 1

Adri tenía 8 años, era un niño muy travieso le encantaba correr por la casa y no estaba quieto ni un momento.

Tenía los ojos marrones y el pelo castaño claro su rasgo mas diferenciado eran una pecas que tenia en la cara que eran muy visibles ya que era de piel pálida. Siempre estaba castigado ya que siempre intentaba conseguir lo que quería pero y le daba igual el método para obtenerlo. 

Una mañana de agosto que hacia mucha calor Adrià estaba más cansino de lo normal porque se quería ir a la piscina, pero sus papás estaban limpiando la casa. Para llamar la atención se hizo pipí encima, en seguida hizo un pequeño charco en el comedor, sus padres se enfadaron mucho y lo castigaron de inmediato. Ellos siempre utilizaban la técnica castigar con algo parecido. Por ello como se había meado encima sus padres decidieron colocare un pañal  Dodot  de los que le quedaban en su armario de cuando era mas pequeño. De inmediato Adrià se negó pero no le quedo otra opción porque ya sabia que resistirse era peor. Su mamá lo coloco sobre la cama y le bajo los pantalones y calzoncillos, después abrió el pañal y lo coloco debajo de su culo, espolvoreo talco y lo cerró. Acabo diciendo : espero que sea la ultima vez que haces esto. La verdad que los pañales a Adrià aun le venían de maravilla.

La madre se fue de la habitación y dejo a su hijo solo, se incorporo y se lo palpo unos instantes la verdad que tampoco estaba mal solo se le notaban un poco al caminar. Se fue directo a ver la televisión ya que no quería mas castigos y se puso su canal de dibujos favoritos, enseguida se lo olvido que tenía el pañal hasta que le entraron ganas de ir a el baño entonces decidió usarlo porque estaba viendo Doraemon unos dibujos que le gustaban mucho. Primeo estaba un poco indeciso y echo unas cuantas gotas, pero poco a poco empezó a salir un pequeño chorro que acabo empapando todo el pañal, cuando termino estaba completamente empapado pero le dio igual y continuó viendo los dibujos.

Lo llevo todo el día mojado y cada vez que tenía ganas lo volvía a mojar, hasta que llegó a un punto que se salio por los lados mojando un poco los pantalones.Al darse cuenta de eso se empalmo aunque el no sabía que le había pasado pero notaba que algo le apretaba debajo de el pañal y así fue como le empezaron a gustar. Su madre al darse cuenta se enfado mucho y lo castigo durante una semana a llevar pañal y recibir 20 azotes cada vez que lo mojara y no utilizara el baño.


Mi hermanastra me pone un pañal y me pega en el culo



Unirse a una nueva familia es siempre un ajuste. Es fácil asumir que todas las familias operan de la misma manera, pero no lo hacen ... realmente, realmente no lo hacen. Cuando Adri y su mamá se mudaron con Alba y su papá, ella no esperaba tal contraste en los estilos de crianza.



Alba , de 12 años, su padre le dio una cantidad de libertad apropiada para su edad. Podía salir por su cuenta porque sabía cuándo se esperaba que volviera. Podía irse a la cama cuando quisiera porque sabía cuánto necesitaba dormir cada noche. Podía tomar sus propias decisiones sobre moda e higiene porque estaba en esa edad en la que ambos eran de suma importancia. Su padre reconoció y respetó su edad.

Adri, de 13 años, por otro lado, todavía tenía su hora de dormir, la hora del baño, el toque de queda, la ropa y las idas y venidas en general estrictamente dictadas para él por su madre. No podía mover el dedo del pie sin que su madre lo supiera. A veces parecía que se olvidaba de que había un 1 en su edad y solo reconocía el 3.

A pesar de sus diferencias en libertad y, seamos sinceros, madurez, Alba y Adriy se hicieron amigos rápidamente.

Sus padres aún no estaban casados. Estaban trabajando para lograrlo y asegurándose de que fuera lo correcto para ambos.

Al principio, los niños eran iguales en su futura familia. No pasó mucho tiempo para que esa fachada se resquebrajara. Una noche, Alba escuchó a Adri gritando ¡¡¡Mammiiiii!!! Sabía que no era de buena educación escuchar a escondidas, pero la curiosidad se apoderó de ella. No podía creer lo que oía cuando sus gritos se hicieron más fuertes y sus súplicas se volvieron cada vez más parecidas a las de un niño pequeño. Con la puerta de su dormitorio entreabierta, la niña valientemente echó un vistazo. Adri estaba siendo azotado por su mami. Pero fue lo que presenció después de sus azotes lo que la dejó boquiabierta.

Alba nunca le contó a Adri lo que vio y lo que sabía. Firme en su madurez, conservó su dignidad y lo trató igual que antes.

Pero las cosas habían cambiado. Alba se enamoró de un niño de 13 años de su vecindario, y no pasó mucho tiempo antes de que fueran novios.

¡Es tan maduro! Alba se desmayó por el chico que era un año mayor que ella.

¡Pero yo tengo la misma edad! Adri protestó. Él estaba enamorado de Alba, y no era como si sus padres estuvieran casados ​​o algo así.

Es diferente contigo, dijo Alba vagamente.

¡Jopelines! protestó Adri mientras se marchaba furioso.

Alba se dio cuenta de inmediato de que no era correcto decirlo. Sabía lo sensible que era Adri por verse más joven que su edad. Pero no importa cuántas veces ella trató de disculparse, él le dio la espalda.

No solo estaba herido ... estaba celoso. Celoso de que Alba tuviera novio y él no tuviera novia. Celoso de que su novio, que tenía la misma edad que él, se veía como un adolescente y él todavía se veía como un niño.

Cuanto más la ignoraba Adri, más se daba cuenta Añba de que tenía razón todo el tiempo. Él era todavía demasiado inmaduro para procesar su nueva relación de una manera razonable y racional, como un adolescente adecuada haría.

Después de casi tres semanas, Alba decidió que era hora de resolver esto de una vez por todas. Llamó a la puerta de Adri cortésmente, solo para que él le gritara. ¡Vete!

Finalmente había tenido suficiente.

Ella irrumpió en su habitación (él era demasiado joven para una cerradura en su puerta, a pesar de que ella tenía una y era más joven que él), se sentó en el borde de su cama y lo agarró.

¡Oye! ¿Qué estás haciendo? dijo con miedo mientras ella lo tomaba por sorpresa.

En un instante, sus pantalones cortos y calzoncillos le llegaban hasta los tobillos. Solo le quedaban la camiseta sin mangas y los calcetines.

Algo, dijo Alba con frialdad, debería haberlo hecho hace mucho tiempo.

Ella lo colocó sobre su regazo y presionó su mano contra su trasero recién descubierto. Trató desesperadamente de alejar su cuerpo de niño de ella, pero ella era demasiado fuerte.

El primer azote sonó como el estallido de un globo para ella y lo sintió él. Gritó en voz alta cuando todo su cuerpo se sacudió. Cuando su cuerpo se hundió de nuevo, sintió que su pequeño y rígido pipí (Así lo llamaba su mamá) sin pelo quedaba atrapado entre sus piernas.

Los azotes continuaron. No tenía la fuerza de su mamá, ni de su papá, pero podía superarlos en velocidad ... ¡y lo hizo!

Paraaaaaa!!! el rogó.

Lo siento suplicó, aunque no sabía por qué se estaba disculpando.

Mientras su mano subía y bajaba rápidamente hacia el culo de Adri, sus pequeñas piernas se balanceaban hacia adelante y hacia atrás hasta que sus calzoncillos y pantalones cortos fueron pateados al suelo.

No pasó mucho tiempo antes de que se redujera a un charco de sollozos agonizantes, temblores, tos y asfixia.

Finalmente, las nalgadas terminaron.

Mientras lo soltaba suavemente de su regazo, él hundió la cabeza en las sábanas y lloró en los patrones de bote juvenil en los que su madre aún insistía. Desde su posición, no podía ver lo que estaba haciendo Alba.

Un minuto después, ella lo levantó lentamente hasta su regazo. Él sollozó en su hombro perfumado durante varios minutos agonizantes mientras ella frotaba maternalmente el dolor de su trasero rojo.

Adri lloraba de algo más que de dolor. Fue por la pura humillación de ser desnudado, colocado sobre el regazo de Alba y azotado por una chica más joven que él. Fue por su pérdida de estatus. Él puede tener una adolescente y ella todavía era una preadolescente, pero ahora era oficialmente la más madura. Iba a ser la hermana mayor si sus padres se casaban alguna vez. El novio de Alba tenía la misma edad que Adri pero iba por delante de él en la carrera de madurez. No es de extrañar que ella lo eligiera a él en lugar de a mí , pensó Adri con desdén sobre sí mismo.

Los sollozos angustiados de Asri se convirtieron en sollozos más manejables mientras frotaba crema espesa en sus nalgas desnudas y ardientes. Luego sintió que lo colocaban en la cama suavemente sobre su espalda mientras ella frotaba más crema entre sus piernas y sobre su pipí. La confusión se convirtió en reconocimiento cuando sus piernas se elevaron en el aire y sintió el toque extraño de sus delicados dedos esparciendo loción perfumada para bebés por sus nalgas y partes de bebé. El reconocimiento se convirtió en profundos sollozos una vez más cuando los pegajosos instrumentos de la infancia se pegaron a su piel desnuda y la realidad de la situación lo golpeó.

Ella supo.

¡Alba lo sabía!

Shhh, está bien, bebé, arrulló mientras rociaba y frotaba una cantidad saludable de talco para bebés sobre su trasero en el aire y entre sus piernas levantadas.

Pero sus palabras de consuelo solo lo hicieron llorar más fuerte.

Alba sabía que Adri todavía mojaba la cama y necesitaba un pañal para su problema infantil.

Ella lo supo desde que espió esa primera paliza que vio y fue testigo de cómo su mamá lo preparaba para irse a la cama después.

Adri no pudo hacer nada más que quedarse allí y llorar con el pulgar en la boca mientras Alba deslizaba el pañal debajo de su trasero levantado.

Después de que le pegaron el pañal a Adri, todavía estaba aturdido por el giro de los acontecimientos que acababan de suceder. Siguió robóticamente la siguiente parte de la rutina cuando salió de la cama, se puso de pie frente a Alba y automáticamente colocó sus brazos sobre sus hombros mientras ella le hacía levantar un pie y luego el otro en un par de pantalones de plástico blanco. Con lágrimas todavía nublando sus ojos, miró su camisa sin mangas, pañal grueso, pantalones de plástico y calcetines cortos. Sus pequeñas piernas pálidas todavía mostraban rastros de talco para bebés y su piel brillaba con loción y crema. No era un adolescente, se dio cuenta, sin importar lo que dijera su certificado de nacimiento. Alba era más madura. Su novio era más maduro. Él no era más que un bebé, pensó con intenso desprecio por sí mismo.

No queriendo estar expuesto ni un segundo más, Adri se retiró rápidamente a su cama. Alba lo arropó, lo besó en la frente y apagó las luces.

Ninguno de los dos se dio cuenta de que sus respectivos papás estaban asomándose desde el otro lado de la puerta y asintiendo con aprobación. ¡Vamos a casarnos! simultáneamente se susurraban el uno al otro y se reían.

Mientras la luz de la noche brillaba cálidamente sobre la cama, Alba miró fijamente la escena durante varios segundos y reflexionó sobre el nombre irónico que era Adri para un niño pequeño para su edad, prepúber, mojado en la cama de 13 años que todavía recibía azotes de forma rutinaria. por ser travieso y llevar pañales a la cama todas las noches.


RUTH, RECIBE UNA AZOTAINA DEL DIRECTOR

—¡Levántate! —Cuando ella se levanta, cruzo la habitación. Mi paso es lento y digno. Me siento en el sofá haciendo que los muelles crujan ru...