viernes, 4 de marzo de 2022

Un pediatra especial cap 2

Álex relleno el expediente médico de Max y luego lo guardo en el armario blanco junto a su escritorio. Tomó asiento y reviso quien venía después, "Roberto", Álex sonrió y rogaba por que no le tocará alguna vacuna o inyección al niño, para su desgracia sí, le tocaba dos vacunas. Álex se levantó y preparo la sala para el niño, Beto era... Un niño bastante revoltoso, por eso era mejor preparar todo y esperar, hacerlo rápido era lo mejor para el pequeño. La puerta sonó, dejó las jeringas dentro de las bolsas y se apresuró abrirla. Allí estaban el pequeño Beto de 8, y su padre Jorge agarrándole la mano para que no escapara. Se apartó para que ambos entre y acarició la cabeza del pequeño cuando este se abrazo a él poniendo sus brazos sobre su cuello, posó sus manos sobre su espalda acariciando con cariño, Jorge cerró la puerta. - ¿Cómo estás Beto? - El niño no contesto. - Veo que sabes que hay que ponerte tus vacunas, ¿Cierto? - El pequeño alzó su cabeza bruscamente, en sus ojitos un poco rojos se acumularon unas lagrimitas. - Mí... Mí papi me pegooo... - acusó a Jorge quien sonrió enternecido, la verdad era que cuando Roberto se enteró que le tocaba vacuna no quería venir, por los que a Jorge no le quedó de otra que darle algunos azotes de advertencia. - Ooohhh!!. - Álex le rascaba la nuca mientras lo consolaba. - Bueno, ya que te hizo venir pongamos la vacuna, ¿Si? - Beto se escapó de los brazos de Álex para ir a los de su Jorge y abrazarlo a él sollozando. - ¿No qué estabas enfadado con tu papá? - - Papáááá, me quiere pinchaaar... - Jorge acarició la cabeza de Beto mientras lo guiaba a la camilla. A diferencia de Álex, Jorge era grandote, le pasaba casi por dos cabezas de altura, por lo que Beto para el era como un niñito. - Noooo, papááá - Jorge lo sentó en la camilla mientras paso un brazo por atrás de la espalda del pequeño, sujetando el brazo derecho de Beto y con la otra apoyaba hacia que la cabeza quedará apoyada en su hombro, para que así no viera lo que hacía Álex. Beto al entender que no tenía escapatoria se dejó hacer y se llevó el dedo pulgar de la mano izquierda a la boca, chupar su dedo le tranquilizaba. Álex de acercó a los dos y puso en la camilla un plato de alumino que contenía las dos vacunas junto con dos algodones con desinfectante. Beto traía una camiseta de tirantes así facilitaría el trabajo. - Tranquilo Beto, voy a empezar. - con un algodón limpio la zona cerca del hombro, agarró una de la vacunas y pinchó el brazo haciendo que Beto diera un gemidito de dolor. Retiro la vacuna y se cambió de lugar con Jorge y ambos repitieron el mismo proceso, solo que Beto comenzó a llorar. - Listo, ya terminamos Beto, ya, ya. - Tanto Álex cómo Jorge minaron un poco al pequeño para que dejara de llorar. Álex tiró las vacunas al basurero y saco de su cajón una piruleta. - Como fuiste un buen chico te ganaste un premio Beto, muy bien peque. - Beto recibió feliz la piruleta mientras se abrazaba a su padre quien le devolvía el abrazo. - Gracias doctor Álex. - dijo antes de comenzar a chupar el caramelo. - Gracias por todo Doc.. Espero que sus otros pacientes sean menos miedosos que me bebé. - Jorge y Beto de acercaron a la puerta luego de recibir la libreta de vacunación ya firmada. - Jaja no se preocupe, casi todos mis pacientes son así, ya estoy acostumbrado. Adiós Beto, Jorge. - Álex los saludo parado en la puerta mientras veía a ambos alejarse. - Adiós doctor. - Dijeron los dos al mismo tiempo provocando la risa de Álex, eran muy parecidos los dos, solo que Beto era como la versión tierna de Jorge. Con ese pensamiento entro al cierto cerrando la puerta. Hoy por suerte Beto estaba muy tranquilito, relleno su expediente médico y espero a su otro paciente.

Un pediatra especial Cap 1


- Hola Max, ¿Cómo has estado Pequeño? - Álex se arrodilló para quedar a la altura de Max quien estaba en la piernas de su padre.

Ambos mayores miraron al pequeño quien trataba de esconderse aún más en los brazos de su padre. - Max hijo, el doctor te está hablando, contestale bebé. - El padre de Max lo movió un poco para que su carita quedará a la vista de Álex, pero el pequeño pego un chillido fuerte y comenzó a sollozar de nuevo.

Álex no podía hacer más que tratar de no morir de ternura, era doctor de Max desde hace mucho tiempo y sabia porque actuaba de esa manera, le tenía fobia a las agujas, por eso se comportaba así.

Sonrió mostrando su dulce sonrisa cuando Max dirigió su mirada triste hacia él, extendió los brazo queriendo ser cargado por Álex y éste lo hizo.

- Sshhh. - Coloco un brazo bajo su culete y con la otra le dio suaves golpes en la espalda para calmarlo mientras lo paseaba por la colorida habitación. - ¿Qué pasó Max, porque llora este pequeño? -

- Mmm... No quiedo ñección... Buuu. - Más lagrimitas salieron de sus ojitos, está muy asustado. - No ponga, no quiedo... Buuuu. -

Tanto Álex cómo el padre miraron tristes al pequeño.- Se que no te gusta Max, pero es para que no estés enfermito después y te tenga que poner muchas, muuuuchas inyecciones más, no quieres eso, ¿Verdad? - Lo beso en la cabeza después de que este negara rápido. - Ok... ¿Listo Max? - Aunque tardo un poco asintió.

Sentó a Max en la camilla, al cual tenía una sábana celeste con nubes, y el protector padre se acomodó al lado de su bebé para protegerlo poniendo una mano en su espaldita y la otra en su muslo, acariciándolo, Max puso un brazo sobre su cuello.

Álex se coloco el estetoscopio y comenzó a escuchar el corazón y los pulmones del pequeño, reviso su garganta y sus oídos, estaba muy sano. - Pero que nene tan sanito tenemos aquí, creo que cuanto terminemos tal vez alguien reciba un premio~. - Sonrió mientras iba a buscar la inyección junto al frasquito con el medicamento, cargo el líquido dentro y se acercó a la camilla, escuchando las mimosas palabras del padre para que el pequeño dejará de llorar. - Acomódalo Eric, por favor. - Ambos acomodaron al lloroso niño quien se prendió fuerte por el brazo de su padre.

- Shhh, tranquilo mí vida, ya termina, Shhh. - Eric acariciaba la espalda de su pequeño mientras veía a Álex bajarle el pantalón y el calzoncillo para tener a disposición la blanquita nalguitas de su bebé. Miro angustiado como acercaba la aguja a su bebé.

Álex miro al deprimido Eric. - Se que lo piensas, pero es por su bien, ¿Ok? - le sonrió y éste sólo asintió con la cabeza cubriendo con su brazo los brasitos de Max por si se llegaba a mover. Álex lanzo un último suspiro para después comenzar a picar la nalguita de Max quien soltó un pequeño grito para después llorar fuerte. - Shhh, tranquilo Max, falta poco. - Despacio apretó el émbolo liberando el líquido. - Listo. - Con cuidado retiro la inyección y coloco una tirita de gatitos en el lugar. - Ya está Max, ya terminó. - Con cariño masajeó la nalguita pinchada.

Camino hacia un basurero especial y tiró la inyección allí. Firmo la carta de vacunación de Max y se la dio a Eric quién tenía al lloroso pequeño en brazos. Saco de su escritorio una piruleta y se lo mostró a Max quien estiró su manita para agarrarla.

- Te portaste muy bien Max, ese es tu premio campeón. - Los tres se acercaron a la puerta y Álex la abrió. - Nos vemos otro día Max. - Antes de que salgan le dio un tierno besito en el mejilla. - Adiós Max, Eric. -

- Nos vemos Doc, suerte en el trabajo. - Ambos se sonrieron y Álex cerró la puerta.

RUTH, RECIBE UNA AZOTAINA DEL DIRECTOR

—¡Levántate! —Cuando ella se levanta, cruzo la habitación. Mi paso es lento y digno. Me siento en el sofá haciendo que los muelles crujan ru...