sábado, 9 de agosto de 2025

LA SOLUCIÓN SON AZOTES EN EL CULO




En el año de 2056 las sociedades occidentales dieron un vuelco total en las políticas de educación y formación, el surgimiento de las asociaciones de líderes sociales, llevo a reemplazar las leyes al respecto por las regulaciones de estas asociaciones.

Uno de los principales cambios fue el uso del castigo corporal para corregir y controlar el comportamiento de los niños y adolescentes. Luego de décadas de estar en práctico desuso, el castigo corporal comenzó a considerarse la principal estrategia de educación y a implementarse de manera sistemática en hogares, escuelas, sitios públicos e incluso a nivel judicial con aquellos contraventores que entraban dentro del rango de edad acordado.

Los niños y adolescentes, tanto hombres como mujeres, entre los 3 y los 20 años, para las mujeres y entre los 3 y los 18 para los hombres, empezaron a conocer en las escuelas, lo que implicaba el uso de correas de cuero especialmente diseñadas para castigar, así como palmetas de cuero y madera y varas de bambú y otras maderas de diferentes grosores.

En los hogares se revivió el uso de cepillos de madera, cinturones, chanclas, varas y palmetas, además, se empezó a utilizarse la filosofía de "cuanto antes se aplica el correctivo, antes se aprende la lección" lo que llevó al uso de castigos físicos en público si la situación lo requería.

Con el surgimiento de esta línea de disciplina se desarrolló toda una industria de instrumentos para castigar, así como prendas de ropa especiales y mobiliario para escuelas y uso doméstico.

También aparecieron máquinas especializadas para su uso en los centros públicos de castigo, que eran lugares a los cuales se enviaba al niño o adolescente que necesitaba recibir un correctivo judicial, lo cual era mucho más serio.

Una de las prendas que más furor causó, fueron las faldas y shorts de azotes. 

La falda de azotes era una falda que cubría, hasta más arriba de la mitad del muslo por delante y que no tenía nada en la parte posterior dejando las nalgas al descubierto para aplicar la azotaina en cualquier momento, estas faldas siempre se utilizaban sin ropa interior, lo que aseguraba una vergüenza adicional para la castigada, pues se veían los resultados del castigo permanentemente.

Una característica de estas faldas , era que, cuando una chica la llevaba en público, cualquier adulto en cualquier momento, tenía el derecho de castigarla, con la mano o un instrumento según el color de la falda.

La versión para los hombres eran los shorts de azotes, que terminaban unos centímetros más arriba de lo que lo hacía la falda y por detrás tampoco tenían nada. el efecto frente a los adultos era el mismo.

Cuando una chica llevaba una falda de azotes, por ejemplo en la escuela, todos los profesores, el personal administrativo o de servicios, tenía automáticamente derechos de azotes, lo cual, si eras una de esas "prima donna" podía resultar una dolorosa experiencia luego de un día completo de clases.

También era una práctica común, sobre todo en los niños y niñas hasta los 10 años llevarlos por completo desnudos, y en los más grandes, si bien no era común, si era posible hacerlo, siempre que estuvieran dentro del rango de edad.

Otra prenda de uso muy común, era la ropa interior de castigo, que consistía en ropa interior con pequeñas piezas puntiagudas de plástico que se clavaban en las nalgas de la persona castigada, ponerse un par de calzones de castigo, sobre una cola recién castigada no era algo que una chica quisiera sentir, en especial, si debía pasar un largo período de tiempo sentada.

Cuando el comportamiento se volvía realmente difícil, muchos padres optaban por sacar a sus hijos o hijas, vistiendo shorts o faldas de azotes a lugares públicos, como centros comerciales para allí intercambiar con otros padres y azotar a otros chicos así como permitir que otros padres azotaran a los suyos. Con este propósito muchos centros comerciales tenían áreas especiales para facilitar los castigos.

Pilar, era una chica de 13 años, caprichosa y desobediente por momentos y muy dulce y obediente en otras ocasiones, una chica normal, de cabello rojo, ojos verdes, delgada, con la piel llena de pecas.

Iba caminando por la calle hacia su casa, después de un día de tranquilidad en el parque, habiendo exitosamente engañado a su papa por segundo día consecutivo, él no solía azotarla y no esperaba que fuera a suceder ahora que ya estaba tan grande. 

Delante de ella iba otra chica, un poco mayor que ella, con una flamante falda de azotes roja, (el nivel mas alto) exhibiendo las evidencias de varios castigos recibidos, su cola era muy roja, con evidentes marcas de una correa y una vara e incluso unos pequeños moretones en la base. Pilar pensó en como debía dolerle a esa pobre chica la cola.

En ese momento se cruzaron con una mujer de unos 40 años con aspecto muy severo, el pelo recogido y unas gafas oscuras que le cubrían parte del rostro.

Al ver a la chica de la falda de azotes la mujer se detuvo. 

- Jovencita!! venga acá !! la chica se detuvo en seco y se acercó a la mujer, Obviamente una desconocida para ella.

- Quien la puso en la falda de azotes?

- Mi mama

- Porque?

- Por Grosera

- Dese vuelta jovencita

La chica sabía, que el no responder a la preguntas de un adulto o no cooperar, estando en falda de azotes, significaba que éste llamaría a un policía y ella terminaría remitida a un centro público de castigo, y aún una hora allí sería la peor experiencia de su vida. Eso sin contar lo que pasaría cuando la llevaran a casa. Así que obedeció.

la mujer saco un cepillo negro de madera de su bolso, tomó a la chica del brazo y comenzó a descargar cepillazos en las desprotegidas nalgas con mucha fuerza.

la chica sólo se sacudía, tratando de alejar la cola de los azotes, sin atreverse a poner la mano y llorando a todo pulmon.

la falda roja significaba que ella podía usar cualquier instrumento para castigarla, pero debía limitarse a 20 azotes en el castigo, si uno de los padres no estaba presente.  

Pilar continuó caminando, pues no quería aumentar la vergüenza de la chica, además verla en esa posición la ponía nerviosa, le producía una rara sensación en su propio trasero.

Al entrar a casa, escuchó a su papá llamándola, -pilar !! trae esa cola para acá inmediatamente!!!

Asustada por el tono de inmediato entro en la sala

- Si papá dime

- Acabo de recibir una llamada del colegio - al escuchar esto ella empezó a ponerse pálida - me acaban de informar que llevas dos días sin asistir, que significa esto?

Su cerebro empezó a moverse muy rápido buscando una excusa, algo que decir que le evitara el castigo que seguramente seguiría, sin encontrar nada que decir

- Haces lo que te da la gana en casa, desobedeces, vas mal en el colegio y además te atreves a faltar a clase? - conforme hablaba su noto era más severo y su rostro expresaba una cada vez mayor rabia y frustración.

- Hemos sido demasiado suaves contigo, pero voy a solucionar esto hoy mismo

al escuchar esto la respuesta refleja de pilar fue poner sus manos en su cola, como tratando de protegerla de lo que sabía que se avecinaba

- levántate la falda del uniforme - dijo mientras se soltaba el cinturón

allí, pilar entró en pánico - no papá por favor, no me azotes, te prometo que no vuelve a suceder.

- No te atrevas a desobedecerme, levántate la falda!!!

Con manos temblorosas Pilar se levanto la falda desde atrás. su papá la tomó del brazo y la empujó sobre el brazo del sofá. dejando la cola bien alta, cubierta sólo con un par de panties tipo bikini verdes.

Levanto la correa y comenzó a azotarla directamente sobre sus panties crackkkkkk crackkkkkkkk crackkkkk con fuerza

Pilar empezó a llorar desde el primer correazo, sólo había recibido castigos así un par de veces en la vida y de la última vez hacía más de seis años, ella sacudía la cola y pataleaba tratando de aguantar el castigo y esperando que terminara pronto.

Justo cuando ella pensó que no podía más, su papa se detuvo, sólo para bajarle los panties hasta las rodillas.

- Nooooooooooo no papá por favor en la cola pelada noooooooooo - dijo, tratando de sostener los panties con una de sus manos.

Con ello sólo logró que le asestaran un correazo en medio de los muslos crackkkkkkkkkkkkkkk que la hizo saltar y quitar la mano de inmediato.

- Esto es apenas el principio. espere a que venga su mama.

Y continuó dándole correazos con fuerza en sus nalgas ahora desnudas mientras ella se sacudía pataleaba y dejaba ver todos sus encantos privados desde la posición en la que estaba su papá.

PPOR FAVORRRRRR P PORFAVORRRRR NO MAAAAAAASSSSS , NO LO VUELVO A HACEERRRRRRRRRRR, era todo lo que acertaba a decir bajo la lluvia de correazos que caían sin descanso en sus pobres nalgas que ya estaban rojas como un tomate maduro.

De repente su papa dejó de darle correazos, y ella se levantó de inmediato con las manos en su cola, sólo para encontrarse de frente con su mamá viéndola fijamente.

- Acabo de llegar de compras - le dijo, con una expresión nada divertida. - y traje esto

Entonces abrió el paquete y puso sobre la mesa seis faldas de azotes de diferentes colores (blanca, azul clara, azul oscura, verde, rosa y roja) que representaban todos los niveles de castigo que habían.

Vamos a tener una tarde muy interesante en el centro comercial

Carolina sólo podía contemplar las faldas con los ojos muy abiertos y las manos sosteniendo fuertemente sus nalgas.