domingo, 21 de marzo de 2021

Tras la cortina- En el dormitorio de un internado catolico para chico

Tras la cortina- En el dormitorio de un internado catolico para chico.

En el internado dormimos en una gran sala con camas a ambos lados. A una punta de la sala estan los baños y duchas, y a la otra, la alcoba de la persona encargada de velarnos, separado de la sala por una simple cortina. Cada semana, se turnan los frailes, en esta labor de vigilar nuestro sueño. Por las noches, despues de acostarnos, los que tengan faltas, serán invitados a pasar tras la cortina y alli reciben su castigo. Es un cuarto con una cama, un armario, un escritorio y poco mas. Las siluetas traspasan atraves de la cortina, del cuarto iluminado a la sala oscura. Los gritos de dolor y los llantos por supuesto se oyen cercanos, muy cercanos...

Dependiendo de vigilante de turno, la noche es mas o menos movida. El Hermano R. por ejemplo, un fraile de unos 40 años, de pocas palabras y semblante serio, no se como lo consigue, pero una vez que se apagan las luces, un silencio sepulcral reina durante toda la noche. Incluso en el unico momento en que ese silencio es interrumpido, cuando alguno de nosotros a pasado tras la cortina a recibir unos cuantos correazos, el silencio parece imponerse, solo el chasquido del cuero contra la piel y un apagado quejido del discipliando. Sin embargo, otros, como el Hermano P. es un autentico desastre, pasa lista antes de acostarnos y nunca le cuadran las cuentas, la adminsitración de los castigos en si misma es un pitorreo (la verdad no pega duro), y el apagado de las luces es el punto de partida de una gran algarabia que dura hasta la madrugada, o hasta que el Padre Superior nos oiga y ponga fin a todo. En medio, esta el hermano C., un autentico provocador, que aparece siempre en el momento oportuno, no se si fruto de la casualidad o por que el busca incasablemente la oportunidad de descubrirnos en la comision de alguna falta. Es el hermano que mejor ejecuta su labor punitiva, un virtuoso del cinturon, y nadie escapa a su yugo. Cuando tras la cortina se imparte disciplina, las siluetas y los sonidos, nos aterrorizan a la vez que nos rebelan; tal vez sea por esto, que a pesar de sus contundentes metodos, se prepara casi tanto revuelo en su semana como en la del hermano P., a diferencia de que con el hermano C., las cosas suelen acabar muy mal, frecuentemente con sesiones comunes de cinturon para todos, ocasión esta en la que la correa sale de su reducto tras la cortina.

RUTH, RECIBE UNA AZOTAINA DEL DIRECTOR

—¡Levántate! —Cuando ella se levanta, cruzo la habitación. Mi paso es lento y digno. Me siento en el sofá haciendo que los muelles crujan ru...