domingo, 30 de enero de 2022

Con 14 años, la última zurra de mi tía Ruth - Parte 2

Pasaron dos semanas después de la primera zurra por parte de mi tía Ruth, entonces llegué tarde por la noche, después del horario admitido, y otra vez estuve en el regazo de mi tía con mi culo desnudo, para recibir una dura nalgada, primero con su mano y luego con el cepillo de pelo, 15 minutos con cada cosa, además de los 30 minutos de intenso castigo, otra vez estuve parado en el rincón con mi culo al aire bien rojo y dolorido por otros 30 minutos.

Hasta el mes de diciembre que me fui estuve otras 4 veces castigado, una vez con cinturón apoyando el culo al aire en el brazo del sofá, otra vez mientras yo me bañaba, ella entró y me pegó con el cepillo de baño en mis nalgas desnudas y mojadas ¡Cómo me dolió!, la tercera vez volvió el cepillo de pelo sobre su regazo y la última con el remo con agujeros estando yo doblado sobre el respaldo de una silla por supuesto culo al aire, fue muy doloroso y levantó ampollas circulares en mi culo, todas previos 15 minutos de mano en su regazo, a excepción de cuando me bañaba, en ese momento me hizo doblar apoyando la manos en la pared o en las canillas, dándome 15 minutos con mano y 15 minutos con el cepillo de baño en mis nalgas mojadas y desnudas. De más está decir que aunque fue muy doloroso disfrute las nalgadas de mi tía.

Entonces, llegó el día de la despedida, fue un sábado, mi mamá vendría a buscarme para ir a mi casa, yo fui a jugar al fútbol con mis amigos... y llegué tarde... Entré estaba mi mamá, nos saludamos después de tantos meses, mi tía me regañó: llegas media hora tarde... tu mamá te estuvo esperando e igual que la comida. Bueno, perdóname tía, es el último día, por eso mismo dijo, me debes obediencia hasta el último día. Yo empezaba a entender lo que podría pasar y dije... no me pensarás castigar hoy tía... delante de mi mamá. La mire a mi mamá y le dije: dile que no a mi tía, tú ya estás aquí... Ella respondió, todavía estás a las órdenes de Tía, yo prometí que no me metería., entonces tía Ruth dijo precisamente es para que tu mamá vea que necesitas ser disciplinado todavía....

Miro a mi mamá y sonrío, entonces mi tía toma una silla y se sienta y me dice, ya sabes lo que tienes que hacer Adrián, yo me paro frente al regazo de mi tía, mi mamá estaba sentada a poca distancia atrás de mí, por lo que vería todo de frente como en primera fila... , me bajo al mismo tiempo pantalones y calzoncillos y me acomodo en el regazo de mi tía culito al aire, apoyando las manos en el piso, mi tía levanta un poco mi camiseta, para que quede todo mi culo al desnudo.

Esto es lo que tenías que haber hecho tú, Elsa dijo mi tía y empezó con las nalgadas SPANK... SPANK... SPANK... AY... AY... AY.... yo estaba excitado, no solo por recibir la paliza de mi tía, también le estaba volviendo a mostrar el culo a mi mamá, lo que creía un asunto cerrado, aunque era en una situación muy distinta, pasaron 20 minutos de intensas nalgadas con la mano, y mi culo quedó muy muy rojo... mi tía me hace señales de levantarme, pensé que había terminado, pero fue a buscar el cepillo de pelo y volvió mientras yo frotaba mi culo bien castigado y bien rojo..., entonces volví a estar en su regazo y tía Ruth empezó con el cepillo .. WHACK... WHACK... AY... AY... A los 5 minutos estaba llorando como un bebé, pero me siguió pegando hasta completar los 20 minutos, WHACK... WHACK...WHACK... AY... AY... SNIFF... SNIFF... AYYYY....WHACK... AYYY.... Y entonces terminó y me hizo levantar , me dio dos nalgadas fuertes en mi culo , levantó y sujetó la camiseta, y me hizo ir al rincón de espaldas con la nariz pegada a la pared y las manos arriba de la cabeza exhibiendo mi culo más rojo que un tomate.

¿Qué opinas?, Elsa, le dijo mi tía a mi mamá. Mi mamá respondió que respetaba su forma de disciplina, pero no la compartía, incluso dijo, que conocía casos que había niños que le gustaban las nalgadas a lo que mi tía respondió: puede ser, pero nalgadas suaves, las nalgadas como las aplicó yo son fuertes y duelen, no creo que a tu hijo le gusten, y me pregunta: ¿Adrián, te gustan las nalgadas? A lo que respondo, mandándome la parte.... NO...... Viste, dijo Tía Ruth a mi mamá...

Pasaron los 30 minutos me senté sobre una almohada, comimos, me despedí de mi tía, y me fui a mi casa, con mi mamá, cuando llegamos mi mamá sonrió y dijo: hiciste un buen trabajo, tu tía no se dio cuenta. Si mamá, viste..., yo entonces le pregunté, no quieres volver a darme nalgadas? Ella respondió: Mira me fui de un viaje con tu padre para olvidarme de lo pasado y distraerme y tú me pides que vuelva a lo mismo; pero, Mamá... verme de vuelta recibir nalgadas... no.... Mira lo que me pasó es cosa mía, si quieres recibir nalgadas busca a un amigo o amiga que te las dé, yo no tengo problema con eso, pero lo mío es asunto terminado. Está bien, .amá...voy a buscarme alguien....

El sábado siguiente fui a ver a Don Romero y quedamos que volvería a trabajar a partir de enero, ya empezaría a ver la oportunidad de repetir lo del verano pasado, de vuelta pasé por la plaza y me senté en un banco, en el banco de al lado, había dos chicas mayores que yo, rubias... diciendo, no te gustaría coger a un chico de 13, 14 años? si, dijo pero antes le daría unas buenas nalgadas en el culo... Yo no podía creer lo que estaba escuchando y me dirigí a ellas sonriéndome... ¿Lo dicen por mí?

Si, a ti te gusta, no hay problema... dale ven con nosotros... Yo me senté en el mismo banco y hablamos... que edad tienes me dijeron... 14, dije y vosotras... 17.... Y unas tetas grande. Hablaste de nalgadas, dije. Si, ¿te gustan? Me encantan, respondí.

Ellos me dijeron que viven a tres calles de la plaza, que si quería podía ir a su casa, esa tarde, ya que sus padres se habían ido a la playa por el fin de semana y tenían su casa a su disposición. Yo dije, que bueno... pero que íbamos a hacer... Pegarte en el culo dijeron...

Llegué a mi casa, le dije que a mi mamá que iba a pasar la tarde con unas amigas, me dijo que no había problema. Yo estaba excitado... dos chicas de 17 años me iban a pegar en el culo.


RUTH, RECIBE UNA AZOTAINA DEL DIRECTOR

—¡Levántate! —Cuando ella se levanta, cruzo la habitación. Mi paso es lento y digno. Me siento en el sofá haciendo que los muelles crujan ru...