martes, 12 de agosto de 2025

AZOTES

"En última instancia, lo importante es dónde está tu enfoque: ¿te interesa más tu propia experiencia o el bienestar del joven que yace en tu regazo?"
Darle nalgadas a un niño en realidad significa cuidarlo. 

Sin embargo, según entiendo el trabajo de los azotes, esto no es tan inesperado. Darle azotes a un chico, siempre he creído, se trata en realidad de cuidarlo. Cuando otro adulto se pone de rodillas, confía en ti; primero, confía en que no lo lastimarás ni te aprovecharás de él, pero más que eso, confía en que le darás lo que necesita, ya sea una experiencia puramente física o una intensa emocionalmente. El trabajo del papá spanker es asumir la responsabilidad de lograrlo, o al menos dar lo mejor de sí: hacerse responsable del chico en cuestión.


"Azotar a un niño, siempre he creído, es en realidad cuidarlo".
Los azotes tienen como objetivo el bien del niño a largo plazo. 

Si lo piensas conceptualmente, esto también es lo que hacen los papás: imparten disciplina porque creen que es necesaria para que sus hijos sean mejores y, en última instancia, más felices y exitosos en la vida. Las nalgadas son por el bien del niño a largo plazo, y también requieren mucha atención y supervisión en el momento. Tienes que mantenerte muy concentrado —física y emocionalmente, captando todas las señales que tu hijo te da a través de tus ojos, tus oídos y tus manos— porque esta experiencia es intensa y toca fibras sensibles. Si eres descuidado o te distraes, la experiencia se descontrolará y ambos terminarán infelices y frustrados.


Ser padre de un niño adulto implica compartir algo 
de ti mismo, invertir en alguien más...
En definitiva, se trata de dónde está tu enfoque: ¿te interesa más tu propia experiencia o el bienestar del joven que yace en tu regazo? Si te preocupa principalmente lo que obtienes de ello, entonces no eres un buen papá, aunque seas un artista de CP talentoso. Pero si el chico te llama la atención y lo estás quemando el trasero con la firme convicción de que esto mejorará su vida y lo convertirá en una mejor persona, entonces eres su papá, aunque solo sea por ese momento.

Escribí todo esto por insistencia de un chico que conozco que vive con sus papás, pero que charla conmigo; soy una especie de tío sabio, o padrino, o algo así. Cuando leyó el primer borrador, me hizo un par de preguntas:

¿Qué beneficios obtienes como papá? 
Creo que tiene mucho sentido preguntar qué beneficios obtiene el niño, pero, claro, quizá no sea tan obvio como parece. Entiendo que el beneficio para el niño es tener a alguien que sabe que siempre lo cuidará, creerá en él y lo animará; y, cuando sea necesario, le dirá que no, le pondrá límites y lo ayudará a aprender y a convertirse en una persona más sabia y feliz.

For the Dad, there’s the joy of sharing that, and of seeing the results of your caring. It’s mentoring taken to a whole new level. What do biological Dads “get” out of their relationships with their sons, besides the assurance that their genes will get at least another generation of play? It’s about sharing something of yourself, investing in someone else, having the privilege of sharing love, and, ultimately, seeing the great positive results those actions have.

What tips do you have for Dads to interpret a boy’s reactions?
This is actually a tougher question. My approach changes as my relationship with the boy develops. In the beginning, I won’t know what his reactions mean, and whether “no, please,” really indicates that he’s had nearly enough or is just a normal part of his “script” for a disciplinary moment. I’ll always push past those moments of complaining and promising as a way of testing how serious they are, and, since I’m never brutal—it’s about pain, not damage!—I don’t have any qualms about doing this. But I’ll observe him ever more closely. Is he squirming? Breathing hard? Whimpering? Has the tone of those sounds changed from when I first started Spanking him? Have his movements become jerkier, do they seem more like an involuntary response than an intentional one? Is his voice getting higher pitched?



 Is he squirming? Breathing hard? Whimpering? 
I especially listen for a change in tone, a "break" in the boy's accustomed persona. If things are really going too far for him, he'll give up the submissive role and tell you in a more adult tone that he's had enough—you'll hear the change coming if you're listening closely.

Sometimes, those moments of “going wrong” happen because the two of you really aren't on the same page, but sometimes he's just let himself get scared or distracted by something.
Regardless, this is a moment to take a break, check in with him, make sure he knows you're listening and really interested in his well-being, and then decide what your next step might be. Even if regaining that safe Dad/son dynamic turns out to be impossible in that moment, that doesn't mean that the relationship is a bust—if the boy feels your respect and concern, he'll know that the uncomfortable moment was just part of the learning process, and it won't happen next time.

My young friend also said he thinks many Tops fear making a boy angry (and thus killing the relationship) while boys want Dads to take control. They may resist, but it’s because they want to be taken in hand. 

I don't doubt that's true, but I think there may be just as many who do this for their own reasons and don't make the commitment to discipline at all. The thing to remember is, that’s okay, as long as you’re both on the same page. As a Dad, you have a couple non-negotiable responsibilities:
Tienes que tomarte el tiempo para comprender lo que el chico quiere y necesita. Si lo haces y te aseguras de que lo sepa, no deberías preocuparte por hacerlo enojar, porque se sentirá seguro sabiendo que te importa.
Tienes que asegurarte de saber qué quieres y necesitas. Si no lo sabes, te arriesgas a perder el foco y a ser abusivo. Pero si lo sabes, puedes encontrar la manera de satisfacer ambos deseos, y tú y tu chico obtendrán grandes recompensas de sus interacciones.
El hecho de que nunca seré padre biológico es uno de los pocos arrepentimientos de mi vida. Pero no cambiaría por nada la relación con mis hijos adultos, ni renunciaría a mi condición de tío a los otros niños que no son míos, pero que confían en mí. 


Un taburete de descanso, un lugar para escribir líneas y un poco de ánimo


"Pero si el chico te llama la atención y le estás quemando el trasero con la firme convicción de que eso mejorará su vida y lo convertirá en un mejor hombre, entonces eres su papá, aunque sea solo por ese momento".

Guiar a estos jóvenes es una de las experiencias más gratificantes que existen, ya sea escucharlos, insistirles sobre sus solicitudes para estudios de posgrado o apoyarlos cuando toman malas decisiones. 

¡Y pensar que todo esto comenzó como un simple fetiche sexual!
 



Por favor comente a continuación o envíenos un correo electrónico con sus ideas . 

aok4otk@aol.com o cornertimeconf@gmail.com
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Publicado el 8 de enero de 2024 por Desconocido
Etiquetas: Relaciones padre/hijo
 
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Cornertime Confidential Un blog para chicos adultos que han sido enviados a The Corner y los papás que nos pusieron allí.
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Jun
9
10 años de azotes en la historia del cine, la televisión e Internet
¡Cornertime Confidential celebra su 10.º Festival de Cine Anual! ¡ 

Bienvenidos a nuestra experiencia en el 10.º Festival de Cine Cornertime Confidential! El festival de esta semana está repleto de material único, algunos de los cuales necesitan más explicación. Si saben más sobre los videos, películas y programas de televisión, compártanlo en los comentarios para que podamos actualizar la publicación con la información más precisa.

Televisión y Cine

Billy Green de Wesley Tayor (2010) .

La premisa de esta comedia es que "Billy Green quiere ser una estrella. Y no se detendrá ante nada".
 
Mar
28
Convertirse en papá parte II
Ser Papá Parte II

por El Papi Sucio*

Antes de leer este artículo final sobre Ser Papá, lee la Parte I aquí.

No puedes hacer que un chico sea realmente sumiso, solo puedes hacerlo pasivo, pero incluso eso tiene sus límites, sin importar cuánto lleves ese tipo de abuso. Ser sumiso es parte de la naturaleza interior de tu chico y, al igual que su sexualidad, cuando se reprime, a menudo conduce a la depresión o, al menos, a la insatisfacción con su identidad.
 
Mar
24
Convertirse en papá parte I
Esta semana, Cornertime Confidential quería analizar cómo convertirse en papá de un niño adulto. Es importante saber que existen muchísimas maneras diferentes de lograrlo. El blog Dirty Daddy ofrece consejos útiles que pueden servirte como base para pensar en cómo lograrlo en una relación o amistad centrada en la disciplina. El contenido a continuación está seleccionado para que se aplique específicamente a los niños y a los hombres que les dan nalgadas.
 
Feb
17
Actor o participante
Un niño en problemas es algo temporal. 

La diferencia que puede marcar una mentalidad de juego basado en la edad

. Muchos miembros de la comunidad con parálisis cerebral no participan en juegos basados en la edad. Los consideran falsos y los hacen sentir como actores, no como participantes. ¿Eres tú? 

Cornertime Confidential es obviamente un hogar para niños adultos, por lo que la suposición subyacente es que somos tratados como niños de verdad, con papás, tíos, mentores y otras personas que a veces tienen que castigarnos cuando estamos en problemas por nuestro comportamiento.
 
Feb
10
Usando tu trasero para complacer a papá
Lo siguiente es una lectura en dos partes del fantástico blog Dirty Daddy. Animo a todos los lectores a visitar su sitio. Aquí les dejo dos de sus excelentes publicaciones de 2015. Blogger eliminó mis últimas publicaciones sobre la importancia de cuidar los demás intereses de papá, así que esta tendrá que centrarse más en las palabras y menos en las imágenes, como todas las que me metieron en problemas la última vez. 

Parte 1: Preparándome para jugar.
 
Dic
16
Marcadores de hitos para las relaciones DD
En Cornertime Confidential nos encanta cómo el autor del blog "El Papá Sucio" enfatiza que una relación sana entre papá y chico debe alcanzar metas concretas, ya seas el chico o el papá. 

Desde la perspectiva de Cornertime Confidential, metas como estas mejoran el comportamiento de los hombres y las relaciones a largo plazo se benefician enormemente, no por la culpa y las amenazas emocionales, sino por la obediencia a las reglas que los hombres cumplen.
 
Dic
2
Reconociendo a los grandes hombres que dan nalgadas: Cliff
El bloguero invitado de hoy es Seth, exmodelo estrella de Spanking Central de 2005 a 2012. Ha creado un nuevo sitio de Patreon (solo $6 al mes) y, con él, espera mantener una pequeña parte de Spanking Central, manteniéndolo con vida tras el cierre del sitio original debido al triste fallecimiento de su creador, Cliff Meador, en enero de 2023.

En su día, Spanking Central y Cliff fueron pioneros en la escena del spanking en internet.
2
Ago
19
Dinámica de las relaciones
Dinámicas de relación: ¿Palo, zanahoria o ambos

? ¿Palo o zanahoria? 

A finales de julio, publicamos algunas publicaciones que esperamos que hayan tenido la oportunidad de analizar. Una trataba sobre el enfoque de la puerta principal para el sexo con papá y la otra sobre el enfoque de la puerta trasera. Hoy, vamos a reunir estas ideas para las necesidades de su relación y analizar cómo podrían interactuar con sus necesidades de pareja.
2
 
Jul
22
Mostrando respeto a tu papá
Desigualdad que funciona

por jeffSpanked*

Quería compartir algunas reflexiones sobre las relaciones consensuadas de azotes entre padre e hijo. Son solo mis opiniones. Siento que necesito compartirlas con personas que quizá no las entiendan. En la sección de comentarios, por favor, compartan sus opiniones.

Creo que una relación padre-hijo idealmente no es una relación de igualdad. Hay una jerarquía, y el padre está al mando. No es una relación con igualdad de poder.
2
 
Jul
8
Cómo darle un cambio a un niño adulto
Cómo administrar un cambio de rama este verano.

De otra entrega de nuestra serie "Aprender haciendo".

El verano se acerca a su fin aquí en la costa este de Estados Unidos, y es esa época especial del año aquí, cerca del extremo norte del Viejo Sur. Así es... los nogales están listos para ser podados "para un mejor crecimiento".

¡Sí! Es hora de sacar las tijeras de podar o los cortaramas y empezar a podar, todos los papás.
 
Jun
10
9.º Festival Anual de Cine Confidencial de Cornertime
¡Bienvenidos al 9.º Festival de Cine Anual! 

Con el inicio del verano, nos gusta iluminar la oscuridad cinematográfica con fragmentos de cine, televisión e internet. Desde los más grandiosos hasta los más mediocres, les traemos fragmentos que quizás se hayan perdido y escenas icónicas.
 
Abr
5
El palo de nogal
Celebraciones de escolares adultos: un tratado

Recientemente, una búsqueda aleatoria sobre azotes resultó en un vínculo sorprendente con las celebraciones de escolares adultos de principios del siglo XX.
 
Mar
4
Una visita con el videógrafo del año
Descubre la historia de fondo con BearSpanks.

A finales de 2023, Cornertime Confidential recibía una gran cantidad de contenido extraordinario de un productor de contenido particularmente importante. El trabajo del invitado de esta semana se ha convertido en sinónimo de un CP atípico, apasionado por su padre, centrado en las reprimendas, empático y directo. No selecciona a los chicos por su atractivo de modelo. Su trabajo presenta a chicos normales con cuerpos deformes y ropa normal.
10
 
Ene
19
Conectando con los medios en MiddleSpace
El siguiente informe de Little for the Middles llegó a mi mundo alrededor de diciembre del año pasado. Me impresionó muchísimo la autenticidad con la que habla de su experiencia. Una advertencia: su lenguaje deja mucho que desear, pero es real y muchos niños hablan así. Así que, a pesar de las palabras tan adultas, a veces los niños de mediana edad necesitan escuchar con una mente adulta qué está pasando. Creo que si eres de mediana edad, esta publicación te puede ser muy útil.
 
Ene
15
Encontrar el equilibrio con la disciplina en una relación
Publicada originalmente en 2015, la mayor parte de esta publicación a continuación proviene de uno de los papás más talentosos de Estados Unidos. Se llama Daddy C. Estuve hablando por correo electrónico con Daddy C, un amigo del Campamento Red Tails, y le pedí consejo sobre cómo podría afrontar algunas de las difíciles transiciones del tiempo de "papá/chico" al tiempo "solos" en mi relación.
 
Ene
8
Cómo ser papá en 2024
Gran parte del inicio del 2024 será una publicación de hace muchos años del bloguero invitado de Cornertime Confidential, Daddy C. Él formó a varios chicos que conozco, ¡algunos de los cuales se han convertido en papás! Algunos de los mejores aprendieron de la mano de Daddy C, y por eso, con gran orgullo, Cornertime Confidential rescata esta valiosa publicación sobre "Cómo ser papá" de Daddy C.

Algunos papás son mejores que otros. Es un hecho. Algunos simplemente "entienden" el rol.
 
Sep
11
Las nalgadas en pijama y la relación entre papá y niño
Que papá te dé nalgadas en pijama es una de las actividades más interesantes y que te ayudan a recuperar la edad rápidamente. ¡Hablamos por experiencia! Los buenos ejemplos de nalgadas en pijama son raros. En la publicación de esta semana, veremos algunos recursos que puedes consultar para obtener contenido relacionado.

Hay algo específico en las pijamas que hace que el contenido de esta publicación sea fascinante.
 
Sep
4
Lectura de regreso a clases: Corre con los jinetes
Reseña del libro "Confidencial de Cornertime: Badboy".

Uno de mis gurús de los azotes en internet de los 90 fue Bobby Watson, quien me llamó la atención sobre el libro de Ferrol Sams de 1982

, "Corre con los jinetes", cuando reseñó una serie de libros geniales que incluían los azotes de forma destacada en la trama. Como aquellos de nosotros que anhelamos oír a Charles Ingalls decirle al chico que visita la granja: "Bueno, si me dices que no quieres ayudar en la granja, entonces vamos a tener que desnudarte el trasero para que te den una paliza".
 
Ago
28
9 reglas para ser un buen chico
En Cornertime Confidential nos encanta cómo The Dirty Daddy enfatiza que una relación sana entre papá y chico requiere obedecer las reglas, ya seas el chico o el papá. 

Las reglas mejoran el comportamiento de los hombres y las relaciones a largo plazo se benefician enormemente, no por culpa ni amenazas emocionales, sino por la obediencia a las reglas que los hombres cumplen. 

Por eso, nos complace compartir este fragmento del blog de The Dirty Daddy. Cuéntanos qué te parece.
 
Ago
25
10 consejos para nuevas blusas
Otro de nuestra serie "Aprender haciendo":

Consejos para (Nuevos) Activos.*

Otro de nuestra serie "Aprender haciendo"

de BigDaddyVegas y RedSpkScott.

Consejo n.° 1:

Cumple con tu compromiso

. Si te tomas el tiempo de hablar con alguien y crear una escena maravillosa, te comprometerás. Si eres el anfitrión, ten tu lugar listo para cuando llegue tu azotado. Azotados, cuando vengas a recibir una nalgada, llega puntual. No llegues demasiado tarde.

domingo, 10 de agosto de 2025

ALESSANDRO CASTIGADO 2

María está sentada en la cama y Alessandro sigue en un rincón de su habitación esperando a que lo llamen. Estos minutos lo han llevado a reflexionar sobre muchas cosas: primero, sobre cómo terminó en esta situación, y segundo, sobre por qué su madre tardaba tanto y qué pretendía hacer; pero, por desgracia para él, está a punto de descubrirlo.

María: Ven, vuelve a mi regazo. Alessandro sale del rincón y, sin decir palabra, asume la posición; su madre no pierde tiempo, toma a su hijo con la mano derecha y con la izquierda intenta abrir sus rojas nalgas, logrando vislumbrar el estrecho y rosado agujerito de Alessandro, quien, si antes estaba rojo de vergüenza, ahora está morado y aún más humillado que antes.

María intenta aprovechar este momento porque el culo de Alessandro está menos rígido y con la delicadeza de una madre coloca el trocito de jengibre sobre el agujerito, frotándolo unos segundos y ejerciendo poca presión.

Alessandro ahora está más asustado que antes y aún no ha entendido qué es lo que acaricia su tierno agujerito, así que aprieta el culo con todas sus fuerzas, recibiendo una bofetada. Alessandro: ¿Qué cojones haces? ¿Qué es eso que tienes en la mano? ¿Estás loca? Y entonces María: Este es un trocito de jengibre que he pelado y mide poco más de 4 cm. Lo que iba a hacerte se llama comúnmente la práctica del figging, que se utilizaba antiguamente para diversos castigos corporales ya que el jengibre tiene jugos que, al entrar en contacto con la cavidad anal, provocan una terrible sensación de ardor.

Alessandro: ¿Y quieres usarlo conmigo? ¿Por qué estás loca? No me basta con que me castiguen como a un niño, y ahora esta cosa ni siquiera existe. No voy a dejar que me metan un pedacito de jengibre en el culo.

 María: No montes un escándalo. Me da igual lo que digas. Esto te lo meteré por el culo, aunque intentes resistirte. Acepta tu castigo como un hombre.

Mientras discutían, suena el intercomunicador y María se ve obligada a bajar las armas, al menos por ahora, mientras Alessandro permanece en su habitación, buscando una salida, quizás esperando la llegada de su padre. Pero no sabe que su madre acaba de abrirle la puerta a su hermana Giulia, quien, al verlo desnudo y con el culo rojo, se echa a reír y empieza a burlarse de él. María aprovecha la situación y le pide ayuda a Giulia para intentar sujetar a Alessandro e introducirle el jengibre. María le ordena a su hijo que se ponga a cuatro patas en la cama. Alessandro se niega inicialmente, pero tras algunas amenazas y azotes, asume la posición a regañadientes, así que su hermana interviene y se aparta de la cara de Alessandro, sujetándole la cabeza y obligándole a levantar el trasero.

María: Giulia, ayúdame, sujétalo, siéntate sobre su cabeza y ábrele el culo con ambas manos para que pueda meterle esto. Giulia: ¡Dios mío! No puedo creerlo, por fin has entendido que necesita un castigo de verdad, además de los azotes de siempre. Ahora que hablamos, por fin recibirá su merecido.

Alessandro intenta resistirse, retorciéndose como solía hacerlo cuando su madre estaba sola, pero es demasiado tarde porque dos personas lo sujetan y no puede escapar del agarre de su hermana. Ella coloca ambas manos sobre el culo rojo de Alessandro y, con un movimiento brusco, le separa las nalgas, revelando el tesoro que han estado escondiendo. Giulia: ¡ Mira, mira lo que tiene aquí! Dos nalguitas calientes esconden un agujerito apretado que está a punto de ser castigado. Debiste haber sido un niño muy travieso para merecer este castigo. Qué lástima que no pueda sacarte una foto ahora.

Mientras tanto, María ha sacado el jengibre del cuenco y, casi sin previo aviso, también ella, con un gesto amable y brusco, se lo mete en el culo. Alessandro suelta un gritito y le aprieta el culo con fuerza.

Al principio siente una sensación extraña, casi fresca, y después de unos segundos, empieza a sentir ardor. Alessandro permanece allí sufriendo unos minutos y le ruega a su madre que le quite ese molesto tapón del ano, pero obtiene el efecto contrario: su madre y su hermana casi juegan a azotarlo con las manos desnudas y a tocar el jengibre, provocando aún más ardor en el estrecho agujero de Alessandro, quien, ya sin fuerzas, intenta soportar el dolor sin hacer demasiado ruido.

Tras diez minutos jugando con el pelirrojo, su madre le saca el trocito del culo, lo tira a la basura y le dice que su castigo ha terminado. Así que Alessandro se pone en posición fetal en la cama, desnudo, con el culito rojo y el agujero ardiendo como un demonio, llorando como un niño desesperado. Su madre vuelve a la cocina a preparar la cena, mientras su hermana, aprovechando el momento, le saca una foto a escondidas en la puerta y se va a su habitación, completamente satisfecha...


ALESSANDRO CASTIGADO 1


Es martes por la tarde cuando Alessandro, un chico de doce, regresa a casa después de una hora y media de entrenamiento de la escuela de fútbol. Alessandro es el típico chico modelo: alto, rubio, de ojos azules. En la escuela no es un genio, pero se las arregla para obtener buenas calificaciones en todas las materias y es muy querido por muchas chicas de su edad que pueden apreciar su belleza. Alessandro vive con su
madre María (49), su padre Lorenzo (52) y su hermana mayor Giulia, que es un poco mayor que él. Recientemente cumplió catorce años. Alessandro se presenta ante todas las personas que no forman parte de su familia como un chico amable y bien educado que nunca se metería en problemas; pero si le preguntas a sus padres, responderán que todo es gracias a la disciplina y los castigos que sufre cuando hace algo que no debería hacer. Sus padres comenzaron a azotarlo cuando tenía ocho años y ahora que tiene doce y tiene que recibir una paliza se queja con sus padres diciendo que ya es demasiado mayor para este tipo de castigo pero sus padres le repiten que mientras viva bajo su casa tendrá que someterse a sus reglas;

A Alessandro le parece muy injusto, sobre todo porque es el único castigado así. Su hermana, aunque se mete en muchos menos líos, la castigan cuando hace algo mal y no puede salir durante una o dos semanas. Por desgracia para él, Alessandro es tan guapo como se mete en líos, lo que le causa mucho dolor. Su hermana lo sabe bien y disfruta metiéndolo en líos.

Así que, en cuanto Alessandro llega a casa, deja su mochila en el suelo, abre la ducha y, mientras espera a que se caliente, saca su ropa de la habitación, la lleva al baño y se prepara para ducharse, feliz y relajado, sin darse cuenta de lo que está a punto de ocurrir. Pasa media hora y Alessandro se ha secado, se ha cambiado y ahora está en su habitación jugando videojuegos.

Mientras juega, oye que se abre la puerta. Es su madre, que acaba de volver de la compra. Alessandro sigue jugando hasta que su madre irrumpe en su habitación. "¿ Tienes que decirme algo?", exclama su madre con tono amenazante. " No he hecho nada ", responde Alessandro, pero su madre continúa. " Encontré a tu profesora de matemáticas en el supermercado y me dijo que el examen que hiciste la semana pasada te fue muy mal... ¿Piensas seguir así? Solo piensas en el fútbol y en esos videojuegos tontos, pero nunca piensas en estudiar". Todavía no hemos llegado a ese punto. Suspira y continúa: " Ya no sé qué hacer contigo después de todos los sacrificios que tu padre y yo hacemos para que estudies ". Alessandro continúa. El examen fue muy difícil y pocos en la clase lo aprobaron. Su madre: "¿Y qué haces? Te vas a casa y sigues jugando en lugar de estudiar. No tengo ni que decírtelo. Ya sabes lo que te espera esta noche cuando tu padre llegue a casa".

Entonces Alessandro: Vamos, mamá, no hace falta que se lo digas a papá. Su madre : Tienes razón, no hace falta esperar. Papá, levántate y quítate la camisa y los pantalones, date prisa, no me hagas repetirlo. Alessandro: No, vamos, no quería decir eso ; su madre le da una palmadita en el trasero para que se mueva y Alessandro se quita la ropa, quedándose en ropa interior. Mientras tanto, su madre ha cogido el cepillo del armario del baño y se ha sentado en la cama, invitando a Alessandro a subirse a su regazo.

Así que su madre empieza a azotarlo con la mano desnuda en sus calzoncillos. Pasan unos diez minutos y no parece surtir mucho efecto, pero su madre tiene un as bajo la manga: esos quince minutos con la mano fueron solo un calentamiento. Tras darse cuenta de que no había surtido efecto, María le baja los calzoncillos a su hijo, sintiendo una emoción única, porque, aunque es su madre, no le había visto el trasero desde que era un bebé y le cambió el pañal después de pasar unos minutos masajeando las nalgas rosadas de Alessandro.

María vuelve en sí y continúa con el castigo, pero esta vez con el cepillo, el mismo que usa su padre cuando tiene que azotarlo. Entonces María carga el brazo y da el primer golpe en la nalga derecha de su hijo. ¡AZOTE!, dejando también la primera marca roja real en el pobre culito, pero Alessandro no se resiste demasiado y solo deja escapar algunos gemidos ante la desagradable sensación, así que su madre continúa ¡AZOTE! ¡AZOTE! ¡AZOTE!, lloviendo golpes en el trasero de Alessandro, que para entonces, después de otros diez minutos, se ha puesto rojo.

Su madre entonces se detiene y admira su trabajo y piensa que tal vez no fui lo suficientemente duro al final no pateó mucho no luchó no gritó no lloró solo derramó algunas lágrimas y mostró su cara roja por la vergonzosa situación no es bueno se necesita más tengo que hacerle entender que yo también puedo ser estricto mientras tanto Alessandro está casi relajado pensando que lo peor ya pasó pero no sabe lo que está por pasar.

María: Levántate, sécate la cara y ve al rincón hasta que llegue a llamarte . María sale de la habitación y Alessandro se pone en posición.

María regresa a la cocina donde dejó las bolsas de la compra y toma un pequeño trozo de jengibre, lo pela y lo corta en forma similar a la de un tapón anal, luego toma un pequeño recipiente, lo llena con un poco de agua y sumerge el jengibre en él y muy tranquilamente regresa al dormitorio de su hijo.


ALMACÉN DE AZOTES



Al dirigirse hacia el almacén, Pilar vio una chica de unos 19 años, de cabello negro trigueña, que iba con las manos en la cabeza, los pantalones y los panties en las rodillas, la camiseta levantada y ajustada detrás del cuello y la mama propinándole nalgadas mientras la llevaba hacia el almacen

-mamá oowwww, espera ayyyy, no no no auuuuuu, podemos hablar ayyyyyy así no, así no auuuu - decía la chica, con cada nalgada su cadera se hacía hacia adelante, dejando ver todo su vello pubico, y además la camiseta levantada permitía ver su brassiere, eso sumado a que la posición de los pantalones no le permitía caminar rápidamente hacia de esa marcha de la vergüenza una experiencia más larga y humillante para la chica.

El ver una chica tan grande en esa situación, le hizo pensar a pilar acerca de todo el tiempo que aun le quedaba antes de poder evitar un día como aquel nuevamente.

Al llegar a la entrada del almacén, se detuvieron, pues había un cartel que decía:

*Estimados clientes:
Con el fin de mantener un control sobre la disciplina y el orden en las instalaciones, todas las personas dentro del rango de edad, deben permanecer desnudas. Los guardias de seguridad tienen correas de castigo, como mecanismo de control para lidiar con cualquier persona dentro del rango de edad que cause disturbios a otros clientes y no sea efectivamente controlada por su acompañante adulto. Gracias por su comprensión.*

señalando el cartel mamá le dijo a Pilar - Jovencita, desnúdese- Ella quedó tan sorprendida que no atinó a moverse.

Plassss plasssss plassssssss plasssss - las nalgadas de su papá la despertaron, ayyyyyyyyyyy auuuu ssssssiiiiii seeeñoooooorraaaaaa.

Inmediatamente se quito la falda de azotes y la blusa, poniéndolas dobladas en el suelo a sus pies. quedando sólo en brassiere, medias y zapatos.

- ¿que parte de desnuda no entendió? - le dijo su mamá. Ella se quitó entonces la ropa que le quedaba y se la entregó a su mamá, tratando de cubrirse mientas lo hacía. Plasss plasss dos nalgadas de su papá y la orden, - manos a los lados no se cubra jovencita -

Papa la tomo de un brazo y la llevó a palmadas en las nalgas hasta el mostrador donde se guardaba la ropa.

Pilar estaba sorprendida de la cantidad de chicos y chicas de todas las edades, pero particularmente la cantidad de chicos grandes que habían allí ese día. 

Ella no imaginaba ver tantas chicas con los pechos bien desarrollados y las caderas redondas y tantos chicos tan... desnudos.

Al empezar a caminar dentro del almacén, de repente una chica de unos 18 años, algo pasada de peso, con unos pechos más bien pequeños se acercó a su mamá.

- Disculpe señora - dijo

- Si jovencita dígame-

- Mi mamá manda a preguntarle, si me podría dar unos azotes por mis malas calificaciones en la universidad, con esto - dijo, extendiéndole una correa de castigo de cuero, terminada en dos colas

- Con mucho gusto - respondió mamá tomando por el brazo a la chica y haciéndola girar para empezar a descargar uno tras otro una serie de 20 correazos en las nalgas, aunque al estar desnuda y con la mamá tan cerca, la mama de pilar podía darle cualquier numero de azotes, decidió dejarlo en los 20 reglamentarios.

La chica brincaba, se revolvía y se retorcía, tratando de esquivar como mejor podía los correazos, aunque, por supuesto sin ningún éxito.

Cuando la soltó, la chica puso de inmediato las manos en sus nalgas comenzó a sobarse enérgicamente, y a llorar y gritar. luego recibió la correa, dio las gracias y regresó con su mamá.

- Esa correa parece muy útil, deberíamos ir a ver que hay en la sección de cueros - Dijo mamá encabezando la marcha. 

Mientras se dirigían allí, vieron a un chico de unos 11 años de cabello rubio corto, saltando y cogiéndose la cola, mientras una mujer lo miraba con un cepillo negro en la mano y una expresión de satisfacción en el rostro.

Al llegar a la sección de cueros vieron a chicas de diferentes edades, sobándose y saltando alrededor, del "ensayo" de los instrumentos. 

-muy bien jovencita, escoja una y me la trae a ver si funciona - dijo la mamá a Pilar.

Esta era una tarea difícil, pues si era una muy suave, ella, lo ensayaría y le haría traer otro y otro, pero si era muy duro, la que sufriría sería su cola. Finalmente tuvo una idea y fue a buscar la misma que había utilizado su mamá con la chica un par de minutos antes. Ese, casi seguro, era el que estaba buscando.

Su mama tomó la correa, luego tomo a Pilar por el brazo la hizo girar y CRACKKKKKKKK le asestó un fuerte correazo en las nalgas, haciendo que su cadera saliera hacia adelante, y sus manos volaran de inmediato a cubrir el ardor del correazo con un AAAAYYYYYYYYYY

- Si, parece que esta servirá, dijo su mamá - Pilar no quería ni siquiera imaginarse lo que se sentiría una paliza completa con esa correa, pero tenía el presentimiento de que lo sabría antes de terminar el día.

- creo que nos hace falta una buena palmenta de madera - dijo su papá, y la guió para ir hacia la sección de instrumentos de madera. Al salir de la sección de cueros, vieron a un chico de unos 17 años con las manos en la cabeza, que iba entrando mientras su mamá lo "animaba" con una correa de cuero corta. A Pilar le resultó extrañamente familiar.

Durante el camino, inició una exhibición de uno de los nuevos productos del almacén y ellos se acercaron a mirar.

- ¿No esta cansado de que el uso de su mano no sea suficiente para disciplinar a sus hijos? ¿porque, si son ellos los que están siendo castigados debería dolerle a usted la mano?, ¿no le parece incómodo y complicado cargar pesadas piezas de madera o correas largas encima para poder realizar el castigo en cualquier momento?, con este nuevo accesorio usted dispondrá de toda la efectividad de una palmeta y la sencillez de su propia mano, portátil ligero y entrega una lección que no olvidarán fácilmente, estamos hablando del azotamático -

En ese momento, el vendedor sacó un pequeño paddle de madera sin mango, con la silueta de una mano, y con unas correas ajustables pegadas en la parte posterior.

- Este pequeño instrumento tiene todas las ventajas de una herramienta disciplinaria ideal. y para demostrarlo tenemos aqui a nuestra modelo Katy -

en ese momento una chica alta de cabello rubio, con unos pechos bien formados, un cuerpo curvilíneo y ojos cafés salio, completamente desnuda al escenario.

- Katy tiene 20 años, justo al límite del rango, y la hemos traído hoy aquí, para que ustedes puedan ver que aún los chicos grandes no pueden resistir las capacidad de persuasión del azotamático.- dijo el vendedor y tomando a katy por el brazo continuó.

- el azotamático es muy funcional, no tiene porque molestarse en rituales o hacerlos asumir ninguna posición en particular-

con esto empezó a descargar azotes con la mano cubierta con el instrumento en las nalgas de la chica quien casi de inmediato comenzó a saltar hacia adelante, ayyyy auuuuu ayyyyyyyy noooo

- O también puede utilizar posiciones más tradicionales - en este momento un asistente trajo una silla al centro del escenario donde el vendedor se sentó y con una señal hizo que Katy se acercara.

al esta dar la vuelta para dirigirse a él quedaron expuestas al publico un par de nalgas redondas y levantadas que ya mostraban, con tan sólo cuatro nalgadas un par de círculos rojos en el centro.

ella se colocó sobre las rodillas del vendedor y este continuó su demostración. - puede usarse un estilo tradicional y directo - con ello empezó a descargar nalgadas sobre el pobre trasero de katy, que se revolvía y gritaba con más fuerza cada vez, pataleando sobre las rodillas de aquel vendedor.

- O también con un estilo inglés - y entonces comenzó a descargar las nalgadas en una forma de arco, yendo de abajo hacia arriba, lo que hizo que los gritos de la chica incrementaran considerablemente en intensidad.

- y si quieren que la lección se recuerde por varios días, simplemente deben apuntar al sitio adecuado - Entonces comenzó a descargar los azotes en el punto donde las nalgas y los muslos se unen, el sitio preciso en que se apoyan las nalgas al sentarse.

Con esto, la chica comenzó a llorar en un solo quejido largo, prometiendo lo que fuera para que se detuviera, en un punto su energía y su resistencia se agotaron y simplemente se quedó allí, acoatada, llorando sin moverse o protestar más.

- Como ven, aún una chica en el límite de edad, no es rival para las habilidades de "persuación" del Azotamático. - dijo, y le hizo una señal para que se levantara haciéndola darse vuelta para mostrar la cola, la chica, sólo se dejaba llevar sin energía para ninguna clase de resistencia nadicional.

Sus nalgas estaban de un rojo carmesí y se veían dos grandes moretones en el sitio exacto que usaba para sentarse, así como varios más al rededor, se notaba que el vendedor era un experto azotador.

- Como promoción adicional, les entregaremos este maravilloso cojín de reflexión - en ese instante un ayudante le alcanzó un cojín para mostrarlo - este maravillosos cojón, viene con una superficie plastica dura de la mayor calidad decorada con una serie de pirámides de un Cm de lado y uno de alto que están especialmente diseñadas para que el tiempo de reflexión en el rincón sea lo más efectivo posible-

Procedió entonces a colocar el cojín en la silla donde había estado sentado y luego guió a Katy para que se sentara en él

El grito de la chica al colocar su cola en el cojín se escuchó hasta el otro lado del almacén, y el intenso dolor renovó su llanto, mientras el vendedor le colocaba las manos en la cabeza y sostenía una mano en su hombro para que no se levantara.

- Toda esta maravilla por un precio que no creerá, llevenlo en nuestra exhibición y consiga un segundo kit en color negro gratis -

Los padres y chicos de la exhibición (incluidos pilar y sus padres) comenzaron a hacer fila para comprar.

Una vez papá tenía los kits en la mano dijo, creo que es hora de ir al área de prueba y luego irnos, hay cosas que hacer y mañana debemos llevar esta jovencita al colegio para que responda por sus faltas a clase.

Eso provocó que una silenciosa lágrima resbalara por la mejilla de Pilar, de sólo pensar lo que pasaría en la escuela al día siguiente.

Al llegar a la zona de pruebas, encontraron casi de inmediato un asiento disponible, papá se sentó en él y le hizo una señal a Pilar para que se colocara en sus rodillas, lo cual ella hizo sin rpotestar, pues no quería empeorar la situación incluso más de lo que ya estaba.

la larga cabellera roja de pilar caía frente a ella, mientras sus nalgas quedaban bien levantadas a disposición de su papá para el castigo, al ser su piel tam blanca por naturaleza, las marcas de las diferentes pelas del día resultaban muy evidentes, y ya se notaban los inicios de moretones en ellas.

Papá se colocó el azotamático en la mano, la levantó y le asestó la primera de muchas nalgadas en la cola a Pilar. Plasssss. Ayyyyy nooo por favooorrrrrr, fue la reacción desde la primera nalgada de Pilar, a las 5 nalgadas estaba prometiendo buen comportamiento eterno y a las diez ya lloraba pataleaba y se revolvía como una chiquilla de 5 años.

Papá no se detuvo hasta mucho después de eso, y ella ya sentía que la cola debía estar absolutamente hinchada. La dejó levantar y por una vez, Pilar no tenía energía suficiente para bailar solo para llorar y sobarse suavemente la cola.

Entonces mamá tomó la correa que habían comprado y le dijo a Pilar - inclínese sobre la silla jovencita - Pilar cayó de rodillas - Mamá por favor nooo, no más, me duele mucho mi cola, por favor no mas azotes ya aprendiii- sin embargo su mamá respondió - Obedezca!!

Así que Pilar resignada obedeció la orden y se inclinó sobre el respaldo de la silla, poniendo sus manos en el asiento y esperando la nueva tanda de castigo.

Crackkkk Crackkkkkk Carckkkkkk, los correazos cayeron uno tras otro en las pobres nalguitas de pilar que se sacudía y lloraba, pero, para ser justos, logró recibir el castigo sin soltar el asiento ni levantarse.

Cuando su mamá le dio permiso de levantarse, las piernas le temblaban y casi no podía sostenerse por el dolor que sentía en las piernas.

Entonces su papá la tomo del brazo y comenzó a guiarla hacia el sitio donde habían dejado la ropa al entrar para recogerla. al pasar Pilar notó a la misma chica que habían visto entrando al almacén, acostada boca abajo sobre las rodillas de su mamá con las marcas claras de una vara en sus nalgas y a su mamá con el azotamático en la mano, mientras la chica llorando le decía, - mamá por favor, te prometo obedecerte en todo, no volveré a verlo, por favor no me pegues con eso- , pero la única respuesta de su mamá fue descargar una lluvia de azotes sobre su marcado trasero, mientras ella lloraba y gritaba a todo pulmón.  

luego de estar vestida, nuevamente en su falda verde, Pilar y sus papás salieron hacia el auto, su papá aún con el azotamático en la mano por si era necesario dar algún incentivo.

Al llegar al auto su papá le dijo, un momento y sacó el cojín de reflexión del empaque colocándolo en el asiento del auto. así tendrás en que pensar mientras llegamos a casa.

Pilar no estaba ni de lejos preparada para el dolor que sintió cuando sus maltratadas nalguitas conectaron con ese cojín, brincó y gritó al primer contacto, igual que cada vez que el auto se movía o brincaba en cualquier alteración del terreno, pero de lo que si estaba segura y se estaba jurando a sí misma era que nunca pero NUNCA más faltaría a clase.


AZOTES EN EL CENTRO COMERCIAL



La impresión de ver las faldas de azotes sobre la mesa era tan grande, que sus manos no se separaban de sus nalgas, sólo podía pensar en lo que estaba por sucederle.

- Mamá, por favor no, es demasiado vergonzoso, yo me voy a portar mejor lo prometo - dijo Pilar. Y la imagen de la chica de la falda de azotes con la cola toda marcada llegó de inmediato a su mente haciéndole llenar los ojos de lágrimas.

- Nada de eso jovencita, usted cree que puede hacer lo que le da la gana pero hoy se va a dar cuenta de que no es así. Quítese la falda y los calzones y póngase la falda verde.

- Pilar empezó a temblar, las faldas se clasificaban según el grado de castigo. La blanca era sólo para usar la mano con un máximo de 30 nalgadas, la azul clara permitía el uso de cepillo o chancla hasta 35 azotes, la azul oscura, el uso de instrumentos de cuero cortos o palmetas de cuero hasta 40 azotes, la verde permitía el uso de cinturones o correas de castigo (en ingles straps o tawses) hasta 45 azotes, la rosada permitía el uso de palmetas de madera o varas de arboles hasta 50 azotes y la roja el uso de varas de bambú u otras maderas sin límite de azotes. Todos los límites se aplicaban en presencia de padres o cuidadores, de lo contrario no podía excederse de 20 azotes. además una falda más alta cubría todos los instrumentos anteriores.

La falda verde por lo tanto, significaba que había una gran rango de implementos que los adultos podría usar en ella, y yendo con su mama recibiría tantos azotes que en menos de una hora no podría sentarse en una semana.

- Mamá por favor, no me hagas esto - las lagrimas rodaban por las mejillas de Pilar

- Tiene 3 segundos para ponerse la falda, o la voy a llevar desnuda

Pilar sabía que era posible que su mamá cumpliera la amenaza, no era raro en los chicos y chicas hasta los 10 años tener que salir desnudos a la calle para recibir azotainas; no era común más allá de esa edad pero era perfectamente factible, además ir desnuda (aparte de la obvia humillación) significaba carta abierta en instrumentos y numero de azotes incluso si su mama no estaba cerca, no valía la pena el riesgo.

- Uno... 

Pilar no podía creer lo que sucedía, sus manos parecían negarse a moverse

- Dos...

Al escuchar el segundo número pareció despertar de repente y rápidamente desabrocho su falda y la dejo caer, quitándose a continuación los calzones y tomando la falda verde.

Una vez puesta, la falda escasamente le cubría la parte delantera de la cadera, tapando sus partes privadas y le dejaba por completo las nalgas desnudas. además, al ser tan delgada si llegaba a agacharse, daría una espectáculo increíble a quien estuviera detrás.

plassssss la nalgada de su papá la tomó completamente por sorpresa haciéndola saltar hacia adelante y cubrirse las nalgas con las manos

ayyyyyyy

Ahora jovencita, vamos al carro, tenemos cosas que ir a comprar.

Pilar obedeció, aunque no se imaginaba que podrían ir a comprar con ella en esa falda. De seguro sería sólo una excusa para hacerla pasear por el centro comercial y recibir tantas nalgadas como se pudiera. Era sabido que muchos adultos iban sólo por la oportunidad de tener una chica o chico sobre las rodillas por unos minutos.

El viaje al centro comercial fue terrible al imaginar ella todo el tiempo lo que le sucedería allí, y como el dolor que ya de por sí sentía en su cola aumentaría inmensamente tan sólo después de unos minutos.

Comenzó a recordar la última vez que había ido con unas amigas por unas sodas al centro comercial, en realidad habían ido a ver si encontraban a alguien conocido en ropa de castigo.

Ese día a ella la había sorprendido la cantidad de chicos y chicas que estaban recibiendo castigos, de todas las edades, razas y de todos los tonos de rojo en la cola. Recién entraron, había una chica de unos diez años, de cabello negro con una falda de azotes rosa, a la que un hombre sujetaba por un brazo mientras le descargaba azotes con una correa terminada en dos puntas en sus pobres nalguitas; la chica trataba de correr en círculo al rededor para esquivar los azotes, sin conseguirlo y lloraba prometiendo portarse bien.

El recuerdo de esa chiquilla, le heló el corazón. Y si papá o mamá decidían azotarla así? se moriría de vergüenza de que la vieran "bailando" al son de una correa o cinturón, pero no creía que pudiera evitarlo.      

Al llegar al centro comercial, luego de estacionar, mamá giró en su asiento para decirle

- Bueno María del Pilar, vamos a entrar y usted va a recibir el castigo que se merece, pero si me hace la vida difícil, si no colabora o me desobedece, la voy a desnudar en frente de todos y voy a dejar que la azoten todos los que lleven una vara en la mano entendido? 

Un escalofrío recorrió la espalda de pilar, miro a mamá a los ojos y simplemente dijo - Sí señora.

Al bajar del auto, su primer reflejo fue cubrirse las nalgas con las manos, pues el viento la hacía muy consciente de su casi desnudez, sin embargo su papa la tomo del brazo y le dijo.

- Manos a la cabeza jovencita -

Pilar obedeció, entonces sintió como su papa la tomaba del brazo y comenzaba a darle nalgadas mientras la hacia caminar hacia la puerta del centro comercial.

Esto era conocido como la marcha de la vergüenza, solía realizarse en público, especialmente frente a conocidos, para cambiar las actitudes petulantes de los adolescentes, generalmente se realizaba con la castigada completamente desnuda, aunque se utilizaba mucho también con las faldas / shorts de menor severidad.

Para cuando entraron al centro comercial, ella ya iba bailando del dolor en sus nalguitas, saltando hacia adelante con cada nalgada y retorciéndose como tratando de escapar del castigo.

lo primero que vieron fue un chico de unos 15 años inclinado con las manos en las rodillas, con un short de azotes rosado recibiendo unos tablazos de un hombre. Con cada tablazo el chico dejaba escapar un grito y hacia ademán de levantarse aunque no perdía la posición, A juzgar por el color de sus nalgas, ya llevaba algún tiempo ahí. Pilar no pudo evitar pensar, que a pesar del color, el chico tenía un lindo trasero.       


Sus padres pararon en una encrucijada de los pasillos del centro comercial.

- Creo que deberíamos ir a la plaza verde dijo mamá - 

En los centros comerciales habilitados para jóvenes (los había también donde nadie dentro del rango de edad podía ingresar, para que los adultos pudieran estar tranquilos) había plazas especiales para castigar, cada una con el color de una falda de azotes, de manera que allí los padres pudieran encontrarse e intercambiar dentro del mismo rango. Sin embargo, esto podía hacerse en cualquier lugar y en cualquier momento

Papá estuvo de acuerdo así que comenzaron a dirigirse hacia la plaza. por todos lados había chicos y chicas de diversas edades recibiendo azotes con la mano o con una variedad de instrumentos. En algunos lugares específicos de los pasillos, se podía ver a chicos y chicas con las nalgas al aire y las manos en la cabeza, mirando a la pared mientras sus padres o cuidadores hacían alguna otra cosa. Era la única forma de dejarlos solos sin que nadie mas los azotara.  

Al llegar a la plaza verde, todos los chicos y chicas tenían ropa de azotes verdes y se podían ver muchos cinturones, correas de castigo, cepillos e incluso algunas chanclas siendo aplicadas simultáneamente en muchas diferentes colas de distintas edades formas y tamaños.

Cuando entraron a la plaza, papá vio algo y llevó a pilar hasta donde un hombre de piel negra estaba parado, aparentemente esperando.

- ¿Le importaría intercambiar? - le preguntó al hombre. éste miro de arriba abajo a Pilar y con una sonrisa le dijo, - Por supuesto, que trajo? - papá le mostró un cinturón y el hombre le mostró una correa ancha con agujeros.

A partir de allí, papá se llevó a un lado a la chica mientras el hombre se quedaba con pilar.

- Por que la pusieron en la falda de castigo?

- Por escaparme de clase

- Es increíble ustedes como son hoy en día. dese vuelta e inclínese con las manos en las rodillas

Pilar obedeció, a sabiendas del espectáculo que estaba dando en esa posición.

- Separe más las piernas - le dijo el hombre

Pilar lo hizo, y sintió como sus mejillas se ponían de un rojo mas subido del que su cola ya tenía.

El hombre se tomó su tiempo antes de empezar, observando el espectáculo y permitiendo que pilar sintiera el miedo de la anticipación.

De repente, Pilar sintió el primer golpe de la correa CRACKKKKKKKK

Ella nunca había sido azotada con una correa como aquella, y en su cola ya de por sí castigada, el dolor fue como si le hubieran puesto un hierro caliente, el ardor era increíble y su cuerpo, sin poder ella evitarlo se levantó de la posición llevándose las manos a la cola y saltando

NNNNOOOOOOOOOOOOOO, BWAAAAAAAA

- Vuelva a su posición jovencita!!! - fue la orden del hombre que ella se apresuró a obedecer.

Uno tras otro los golpes cayeron en el pobre trasero de Pilar, que estaba llorando y gritando, esforzándose por no levantarse, hasta que el hombre se detuvo.

Ella entonces se levantó de la posición llevando sus manos a su pobre cola adolorida levantando las rodillas alternativamente en el mismo puesto mientras lloraba desconsolada, tratando de alejar el dolor de su cola.

- ¿Como se dice jovencita? - fué la pregunta de su mamá

- Gracias por el castigooooo, respondió pilar mientras trataba de contener el llanto.

Una práctica común, sobre todo con los adolescentes era hacerles agradecer por el castigo, de forma que se le bajaban las actitudes rebeldes.

Entre tanto, papá estaba "atendiendo" a la otra chica. Ésta tenía unos 15 años, de piel negra con una camiseta blanca, unos pechos no tan grandes, pero una cola redonda y parada que ya mostraba las marcas de varias sesiones de castigo ese día. 

Él nunca había castigado a una chica negra y tenía curiosidad por ver el resultado. así que inició por la pregunta obvia. 

- Quien la puso en falda de castigo?

- Mi tío

- Porque?

-Por robarme el auto para irme de fiesta

El papá de Pilar entonces la tomo del brazo y le asestó algunas nalgadas plass plass plasss

- Esta loca? sabe lo que pudo pasarle? plass plass plasss

- Ella se retorcía en su agarre y solo podía decir SSSSIIIII SEÑOOORRRR

El papá de Pilar la llevó hasta una silla y la hizo reclinarse sobre la misma

- Más vale que no se levante entendido?

- s..si señor - dijo la chica

Él levanto el cinturón y comenzó a descargarle un azote tras otro y tras otro con fuerza mientras veía como el cinturón se le marcaba en las nalgas, dejando marcas blancas, en lugar de rojas, mientras la chica pataleaba y se esforzaba por mantenerse inclinada en la silla gritando por los correazos.

Cuando le permitió levantarse ella lazó las manos a sus nalgas y en el último momento se arrepintió de tocarlas apretó los puños a los lados y sólo pateó el suele con fuerza con una pierna a la vez. 

Él la miró sorprendido y fue cuando el otro hombre se acercó y le dijo: -tiene prohibido sobarse so pena de perder la ropa el resto del día.

Eso por supuesto explicaba la reacción de la chica. Mientras pilar seguía haciendo su baile, el empezó a buscar otro posible intercambio.

En ese momento, mamá se presentó con un chico en un short de castigo verde. Cuando Pilar lo vio, sintió como su rostro se ponía incluso más rojo de lo que estaba si eso era posible. Ella no hacía mucho que había empezado a interesarse en los chicos, y este era, con mucho, el más lindo de su clase, y además parecía que ella también le gustaba a él. Ahora estaba viéndola, con la cara llena de lágrimas y bailando en su falda de azotes que, con todo el movimiento no dejaba mucho a la imaginación.

Por supuesto, en ese momento de vergüenza, no pensó en el hecho de que él se encontraba en la misma situación, con sus nalgas coloradas y a punto de ser azotado por la mama de la chica que le gustaba. 

Detrás de su mamá, quien traía un cepillo en la mano, venía caminando el papá del chico, un hombre alto, de hombros anchos y grandes manos, que portaba en su mano derecha una chancla con suela de cuero.

Pilar no podía creer que luego de semejante paliza, aún fuera a recibir otra más, su cola no podría recibir más azotes, pensaba ella, y ni pensar en una chancla como esa.

Sin embargo su mamá le dijo al hombre. - Ahí esta ella, por favor proceda - el hombre tomó a pilar del brazo y sin decir nada se sentó en la silla que Papá Había usado con la otra chica y la pus en sus rodillas.

Frente a él se sentó su mamá y puso al chico también en sus rodillas. Casi como si se hubieran puesto de acuerdo, ambos empezaron la azotaina al tiempo.

El chico, muy a su pesar y con la vergüenza de estar siendo castigado por una mujer, además la mamá de la chica a la que estaba tratando de acercarse, empezó a llorar casi de inmediato. Ya llevaba bastante rato en la plaza y había recibido dos correas, un cinturón y la chancla de su papá, y este cepillo, dolía como un demonio, además, la mamá de Pilar asestaba la mayoría de los azotes en donde las nalgas de unían con las piernas. Así que no pasó mucho antes de que empezara a llorar y patalear como si tuviera 5 años y a suplicar perdón.

Simultáneamente, Pilar estaba sintiendo que su cola se hinchaba conforme la paliza avanzaba, estaba segura de que nunca podría volver a ponerse un pantalón y sentarse estaba fuera de cualquier esperanza, lloraba y pataleaba, tratando de esquivar los azotes. La chancla caía feroz sobre sus pobres nalguitas y parecía que llevaba años allí aunque fueron escasamente un par de minutos.

Al terminar, ambos se levantaron y comenzaron a bailar, Pilar con sus manos agarrando su cola y levantando las rodillas y Andrés (el chico) agarrando sus nalgas con la cadera adelante dando pequeños saltos con ambos pies y girando al rededor. Un espectáculo para no perderse. 

- Muy bien, creo que es hora de iniciar las compras - Dijo mamá llevando a Pilar aun llorando por el brazo, cuando comenzaba a calmarse lo suficiente para ver se dio cuenta a donde se dirigían 

"Disciplina Total: El mejor sitio para ayudar a controlar los problemas de comportamiento" decía el aviso, era uno de los mayores almacenes especializados en azotes de la ciudad. 

Los ojos de pilar comenzaron de nuevo a llenarse de lágrimas 

sábado, 9 de agosto de 2025

LA SOLUCIÓN SON AZOTES EN EL CULO




En el año de 2056 las sociedades occidentales dieron un vuelco total en las políticas de educación y formación, el surgimiento de las asociaciones de líderes sociales, llevo a reemplazar las leyes al respecto por las regulaciones de estas asociaciones.

Uno de los principales cambios fue el uso del castigo corporal para corregir y controlar el comportamiento de los niños y adolescentes. Luego de décadas de estar en práctico desuso, el castigo corporal comenzó a considerarse la principal estrategia de educación y a implementarse de manera sistemática en hogares, escuelas, sitios públicos e incluso a nivel judicial con aquellos contraventores que entraban dentro del rango de edad acordado.

Los niños y adolescentes, tanto hombres como mujeres, entre los 3 y los 20 años, para las mujeres y entre los 3 y los 18 para los hombres, empezaron a conocer en las escuelas, lo que implicaba el uso de correas de cuero especialmente diseñadas para castigar, así como palmetas de cuero y madera y varas de bambú y otras maderas de diferentes grosores.

En los hogares se revivió el uso de cepillos de madera, cinturones, chanclas, varas y palmetas, además, se empezó a utilizarse la filosofía de "cuanto antes se aplica el correctivo, antes se aprende la lección" lo que llevó al uso de castigos físicos en público si la situación lo requería.

Con el surgimiento de esta línea de disciplina se desarrolló toda una industria de instrumentos para castigar, así como prendas de ropa especiales y mobiliario para escuelas y uso doméstico.

También aparecieron máquinas especializadas para su uso en los centros públicos de castigo, que eran lugares a los cuales se enviaba al niño o adolescente que necesitaba recibir un correctivo judicial, lo cual era mucho más serio.

Una de las prendas que más furor causó, fueron las faldas y shorts de azotes. 

La falda de azotes era una falda que cubría, hasta más arriba de la mitad del muslo por delante y que no tenía nada en la parte posterior dejando las nalgas al descubierto para aplicar la azotaina en cualquier momento, estas faldas siempre se utilizaban sin ropa interior, lo que aseguraba una vergüenza adicional para la castigada, pues se veían los resultados del castigo permanentemente.

Una característica de estas faldas , era que, cuando una chica la llevaba en público, cualquier adulto en cualquier momento, tenía el derecho de castigarla, con la mano o un instrumento según el color de la falda.

La versión para los hombres eran los shorts de azotes, que terminaban unos centímetros más arriba de lo que lo hacía la falda y por detrás tampoco tenían nada. el efecto frente a los adultos era el mismo.

Cuando una chica llevaba una falda de azotes, por ejemplo en la escuela, todos los profesores, el personal administrativo o de servicios, tenía automáticamente derechos de azotes, lo cual, si eras una de esas "prima donna" podía resultar una dolorosa experiencia luego de un día completo de clases.

También era una práctica común, sobre todo en los niños y niñas hasta los 10 años llevarlos por completo desnudos, y en los más grandes, si bien no era común, si era posible hacerlo, siempre que estuvieran dentro del rango de edad.

Otra prenda de uso muy común, era la ropa interior de castigo, que consistía en ropa interior con pequeñas piezas puntiagudas de plástico que se clavaban en las nalgas de la persona castigada, ponerse un par de calzones de castigo, sobre una cola recién castigada no era algo que una chica quisiera sentir, en especial, si debía pasar un largo período de tiempo sentada.

Cuando el comportamiento se volvía realmente difícil, muchos padres optaban por sacar a sus hijos o hijas, vistiendo shorts o faldas de azotes a lugares públicos, como centros comerciales para allí intercambiar con otros padres y azotar a otros chicos así como permitir que otros padres azotaran a los suyos. Con este propósito muchos centros comerciales tenían áreas especiales para facilitar los castigos.

Pilar, era una chica de 13 años, caprichosa y desobediente por momentos y muy dulce y obediente en otras ocasiones, una chica normal, de cabello rojo, ojos verdes, delgada, con la piel llena de pecas.

Iba caminando por la calle hacia su casa, después de un día de tranquilidad en el parque, habiendo exitosamente engañado a su papa por segundo día consecutivo, él no solía azotarla y no esperaba que fuera a suceder ahora que ya estaba tan grande. 

Delante de ella iba otra chica, un poco mayor que ella, con una flamante falda de azotes roja, (el nivel mas alto) exhibiendo las evidencias de varios castigos recibidos, su cola era muy roja, con evidentes marcas de una correa y una vara e incluso unos pequeños moretones en la base. Pilar pensó en como debía dolerle a esa pobre chica la cola.

En ese momento se cruzaron con una mujer de unos 40 años con aspecto muy severo, el pelo recogido y unas gafas oscuras que le cubrían parte del rostro.

Al ver a la chica de la falda de azotes la mujer se detuvo. 

- Jovencita!! venga acá !! la chica se detuvo en seco y se acercó a la mujer, Obviamente una desconocida para ella.

- Quien la puso en la falda de azotes?

- Mi mama

- Porque?

- Por Grosera

- Dese vuelta jovencita

La chica sabía, que el no responder a la preguntas de un adulto o no cooperar, estando en falda de azotes, significaba que éste llamaría a un policía y ella terminaría remitida a un centro público de castigo, y aún una hora allí sería la peor experiencia de su vida. Eso sin contar lo que pasaría cuando la llevaran a casa. Así que obedeció.

la mujer saco un cepillo negro de madera de su bolso, tomó a la chica del brazo y comenzó a descargar cepillazos en las desprotegidas nalgas con mucha fuerza.

la chica sólo se sacudía, tratando de alejar la cola de los azotes, sin atreverse a poner la mano y llorando a todo pulmon.

la falda roja significaba que ella podía usar cualquier instrumento para castigarla, pero debía limitarse a 20 azotes en el castigo, si uno de los padres no estaba presente.  

Pilar continuó caminando, pues no quería aumentar la vergüenza de la chica, además verla en esa posición la ponía nerviosa, le producía una rara sensación en su propio trasero.

Al entrar a casa, escuchó a su papá llamándola, -pilar !! trae esa cola para acá inmediatamente!!!

Asustada por el tono de inmediato entro en la sala

- Si papá dime

- Acabo de recibir una llamada del colegio - al escuchar esto ella empezó a ponerse pálida - me acaban de informar que llevas dos días sin asistir, que significa esto?

Su cerebro empezó a moverse muy rápido buscando una excusa, algo que decir que le evitara el castigo que seguramente seguiría, sin encontrar nada que decir

- Haces lo que te da la gana en casa, desobedeces, vas mal en el colegio y además te atreves a faltar a clase? - conforme hablaba su noto era más severo y su rostro expresaba una cada vez mayor rabia y frustración.

- Hemos sido demasiado suaves contigo, pero voy a solucionar esto hoy mismo

al escuchar esto la respuesta refleja de pilar fue poner sus manos en su cola, como tratando de protegerla de lo que sabía que se avecinaba

- levántate la falda del uniforme - dijo mientras se soltaba el cinturón

allí, pilar entró en pánico - no papá por favor, no me azotes, te prometo que no vuelve a suceder.

- No te atrevas a desobedecerme, levántate la falda!!!

Con manos temblorosas Pilar se levanto la falda desde atrás. su papá la tomó del brazo y la empujó sobre el brazo del sofá. dejando la cola bien alta, cubierta sólo con un par de panties tipo bikini verdes.

Levanto la correa y comenzó a azotarla directamente sobre sus panties crackkkkkk crackkkkkkkk crackkkkk con fuerza

Pilar empezó a llorar desde el primer correazo, sólo había recibido castigos así un par de veces en la vida y de la última vez hacía más de seis años, ella sacudía la cola y pataleaba tratando de aguantar el castigo y esperando que terminara pronto.

Justo cuando ella pensó que no podía más, su papa se detuvo, sólo para bajarle los panties hasta las rodillas.

- Nooooooooooo no papá por favor en la cola pelada noooooooooo - dijo, tratando de sostener los panties con una de sus manos.

Con ello sólo logró que le asestaran un correazo en medio de los muslos crackkkkkkkkkkkkkkk que la hizo saltar y quitar la mano de inmediato.

- Esto es apenas el principio. espere a que venga su mama.

Y continuó dándole correazos con fuerza en sus nalgas ahora desnudas mientras ella se sacudía pataleaba y dejaba ver todos sus encantos privados desde la posición en la que estaba su papá.

PPOR FAVORRRRRR P PORFAVORRRRR NO MAAAAAAASSSSS , NO LO VUELVO A HACEERRRRRRRRRRR, era todo lo que acertaba a decir bajo la lluvia de correazos que caían sin descanso en sus pobres nalgas que ya estaban rojas como un tomate maduro.

De repente su papa dejó de darle correazos, y ella se levantó de inmediato con las manos en su cola, sólo para encontrarse de frente con su mamá viéndola fijamente.

- Acabo de llegar de compras - le dijo, con una expresión nada divertida. - y traje esto

Entonces abrió el paquete y puso sobre la mesa seis faldas de azotes de diferentes colores (blanca, azul clara, azul oscura, verde, rosa y roja) que representaban todos los niveles de castigo que habían.

Vamos a tener una tarde muy interesante en el centro comercial

Carolina sólo podía contemplar las faldas con los ojos muy abiertos y las manos sosteniendo fuertemente sus nalgas. 

viernes, 8 de agosto de 2025

CAMILA RECIBE UNOS AZOTES



Camila era una chica de raza negra, de 15 años con un cuerpo delgado, unos pechos no muy grandes pero una cola redonda y parada que había sido siempre la envidia de sus amigas y la atracción de todos los chicos que la conocían.

Camila había vivido hasta ahora fuera del país, y sus papás no solían utilizar el castigo físico con ella, sin embargo, al encontrar una oportunidad laboral mejor en el país, la familia decidió mudarse de vuelta.

La primera sorpresa para Camila, fue enterarse de que en el país se utilizaba el castigo corporal, no como excepción sino como norma, que incluso había regulaciones legales frente al mismo. El día que salieron del aeropuerto, Camila vio a varias chicas en faldas de castigo con las claras marcas de las azotainas recibidas durante el día.

- ¿Porque están así esas chicas papa? - fue su natural pregunta

- Habrá tiempo para hablar de eso luego - le respondieron.

Desde entonces ella había aprendido mucho sobre el tema, y había visto muchas palizas en público, sin embargo, esto sólo lograba aumentar su curiosidad por saber como sería pasar un día en una de esas faldas de castigo. Se veía doloroso claro, y humillante, pero había algo que seguía llamándole la atención, la sensación de estar así, dispuesta para los castigos de cualquiera.

En un par de ocasiones trató de causar dificultades para que sus papás la castigaran, sin embargo ellos no estaban muy acostumbrados y solo en una ocasión su mamá le dio unas nalgadas, sobre sus pantalones con la mano.

Camila, cada día sentía más curiosidad, hasta que finalmente se presentó la oportunidad a través de su tío.

El tío de Camila siempre había consentido todos sus caprichos hasta ahora y un día ella lo escuchó hablando con sus papás acerca de cómo había mejorado todo desde que se establecieron las políticas de castigo dentro del rango de edad.

- Ahora ya no se ven tantos vándalos, los chicos son más respetuosos y se han reducido la mayoría de los problemas con los adolescentes - Decía su tío

- Sin embargo, me parece un poco exagerado humillarlos en público - contestaba su mamá

Allí fue cuando a Camila le surgió la idea, si lograba que su tío le ayudara tal vez podría satisfacer su curiosidad sin necesidad de que sus papás se enteraran. asi qué unos días despues, cuando se quedó a solas con él le dijo: - tío, ¿podemos hablar? -

-Claro nena -

- Es que he estado pensando en algo, y sé que solamente tú me puedes ayudar, porque no hay nadie más a quien me atrevería a contárselo - 

Su tío se sintió muy halagado por esto, e impresionado por la seriedad que Camila le daba al asunto, se preguntó que se traería entre manos

- Sabes que puedes hablarme de lo que sea nena -

- ¿Me prometes que no se lo dirás a nadie? -

- Tienes mi palabra -

- Es que.. desde que llegué hay algo que me da vueltas y vueltas en la cabeza -

- ¿Si? -

- Tú sabes, donde vivíamos no había castigo corporal y... yo... -

Su tío empezaba a entender para donde iba todo esto.

Tomado aire, Camila dijo - quisiera saber como se siente salir en falda de azotes - 

- ¿ Y como puedo ayudarte con eso?

- es que he visto a muchas chicas solas con las faldas en la calle y todo el mundo les pega, me da miedo meterme en algo que no pueda manejar, así que quiero que tu me lleves - contestó Camila, mirándolo a la expectativa de como fuera a reaccionar

Su tío se quedó pensativo por unos momentos, no era la primera vez que pensaba que a Camila le serviría un paseo en falda de azotes, a veces era muy grosera y respondona, finalmente le dijo: - No creo que funcionaría como debe ser si tu lo escoges y si puedes parar cuando quieras. De hacerlo tendríamos que hacerlo como un castigo real -.

- Eso es exactamente lo que quiero Tío, dime cuál es el castigo y yo haré lo que digas -

- Si acepto esto, no va a ser agradable para ti, y créeme que voy a encargarme de que lo recuerdes por muchos días, no hay marcha atrás después de que empecemos ¿entendido?

- Si señor - Dijo Camila Tragando saliva

- ¿Aún estas segura de intentarlo? -

Camila lo pensó unos instantes, esto podía salirse de control y su tío hablaba en serio, pero si no lo intentaba ahora, no reuniría el valor de intentarlo de nuevo

- Si señor, estoy lista -

- Muy bien jovencita, levántese y quítese los pantalones y los panties - dijo el tío

Camila obedeció, sintiendo como se sonrojaba, pues su tío estaba a punto de verla semi desnuda.

Se bajó los pantalones por completo y se los quitó, quedando en solo un par de panties de tipo bikini blancos, al tomarlos para bajarselos, titubeo, pues nunca había estado desnuda así en frente de un hombre.

La reacción de su tío fué asestarle dos fuertes nalgadas plasssss plasssssss

auuuuuuuu, - dijo Camila girando para mirarlo

- Usted obedece de inmediato o el castigo se empeora ¿entendido? - la tomo del brazo y le asestó otra nalgada - 

-ayyy - Camila obedeció de inmediato dejando caer los panties hasta los tobillos, mientras se tapaba delante.

- Las manos a los lados Jovencita - dijo su tío con una voz muy autoritaria. Estaba decidido a que le quitaría a ella las ganas de esta experiencia desde el comienzo.

Camila abrió mucho los ojos, pero obedeció quedando completamente expuesta frente a su tío

Su tío la tomo del brazo la llevó hasta la pared y la hizo parar mirando a la pared con las manos en la cabeza.

- Espéreme ahí hasta que yo regrese y no se le ocurra moverse ¿entendido? -

- Si señor -

Camila sólo podía pensar en cuanto le ardía ya la cola y apenas iban empezando, no se atrevía a moverse de ahí pero casi no aguantaba las ganas de frotarse las nalgas. Justo cuando estaba a punto de bajar la mano para sobarse, escucho la orden

- dese vuelta jovencita -

ella rápidamente se dio la vuelta sin bajar las manos y vio a su tío con una falda de azotes verde en las manos

Esta era de tu prima cuando aún estaba en el rango de edad, creí que tenia una roja en el carro pero sólo hay esta y creo que estará bien para lo que quieres experimentar. póntela

Con esto le pasó la Falda. Cuando pilar se la puso, se dio cuenta de que la falda cubría mucho menos de lo que se esperaba, por detrás, quedaba lista para recibir nalgadas, y por delante escasamente le cubría lo mínimo.

Su tío la tomo del brazo de nuevo y la llevó a una silla, se sentó él y la empujó sobre su regazo 
- Voy a darle un calentamiento antes de irnos, además es la costumbre antes de salir en público. Si se trata de tapar la cola, le voy a dar con el cinturón ¿entendido? - 
- Si señor - Dijo Camila, rezando para que aguantara las ganas de taparse la cola

Plasss plassss plasss splassss empezaron a caer las nalgadas rápido y fuerte en la cola desprotegida de Camila.

Despues de cuatro o cinco nalgadas ella ya estaba segura de que esta era una mala idea, a las 10 estaba empezando a patalear a las 20 estaba gritando como loca

AAAAAAyyyyyyyy noooooooo ayayayayyyyyyyyyy nonoooooooo no maaaaasssssss porfavooooorrrrrrrr

Su tío seguía sentándole nalgada tras nalgada, y ella sentía su cola como si estuviera echando fuego, y hacía grandes esfuerzos por no taparse la cola, pues no alcanzaba a imaginar como sería el dolor del cinturón. Antes de que terminara el día ya lo habría averiguado.

Cuando su tío terminó las nalgadas le dijo: - Si hoy en cualquier momento después de esta o de cualquier pela, se soba las nalgas, la voy a desvestir del todo y la voy a tener así todo el día ¿entendido? -

- S..Si Señor sniff sniff - dijo Camila, pensando que iba a ser casi imposible aguantar las ganas de sobarse, sobre todo cuando la pela fuera con un instrumento.

- Ahora vamos al centro comercial, y vamos a hacer lo siguiente: Vamos directo a la zona de intercambio verde y cuando yo le haya dado una pela a una chica rubia, una pelinegra y una peliroja nos regresamos, ¿entendido?, si entre tanto usted recibe 5 o 6 pelas, pues que lástima -

*** en el centro comercial***

Al llegar al centro comercial, su tío la hizo bajar del carro y colocar las manos en la cabeza

Antes de ir hacia la entrada, su tío saco del baúl del carro una correa ancha con agujeros, que hizo que a Camila le recorriera un escalofrío por la espalda.

- Esto se llama la marcha de la vergüenza - le dijo

comenzó entonces a darle nalgadas mientras la llevaba caminando hacia el centro comercial, con cada nalgada, Camila saltaba un poco hacia adelante y sentía como su ya adolorida cola se prendía en fuego y su falda se alcanzaba a levantar de adelante, haciéndola sentir mucha vergüenza.

al entrar en el centro comercial su tío le dijo:

-si alguien pregunta porque estas aquí, le dirás que robaste el auto para salir de fiesta con tus amigos

-si señor-

Continuó llevándola a nalgadas hasta la plaza de intercambio verde, por el camino, Camila vio varias chicas de diferentes edades algunas con faldas de castigo, otras completamente desnudas, e incluso, para su sorpresa varios chicos desnudos en plena marcha de la vergüenza, que se veían mayores que ella.

Antes de llegar a la plaza, su tío de detuvo un momento al ver a un amigo con sus hijos, un chico y una chica, ambos en ropa de castigo roja.

Camila agradeció el momento de respiro, aunque no estaba destinado a durar mucho tiempo.

Mientras su tío hablaba con su amigo, Camila vio a un chico rubio de unos 11 años, con los pantalones y boxers en los tobillos caminando mientras su mama le llevaba a nalgadas con las manos en la cabeza.

muy bien entonces -dijo su tio- Camila, venga para acá

tragando saliva, Camila obedeció

Será mejor que haga lo que don Fabrcio le dig o le asegura que va a se rmucho peor para su cola entendió?

-Si señor - fué lo que dijo Camila

- Fabricio la tomo del brazo y la levo a un banco cercano

- Porqué la trajo su tio? - preguntó Fabricio

-por ser tan tonta como para meterme en este problema solo por curiosidad - Pensó Camila, sin embargo, su respuesta fue

-por robarme el auto para ir de fiesta

Fabricio sacó una chancla gruesa de caucho, y la hizo colocar a ella sobre sus rodillas

Entonces empezó a descargar un chancletazo tras otro en las desprotegidas nalgas de Camila que solo acertaba a patalear y llorar desconsolada mientras el dolor de su cola crecía a cada segundo, hasta un nivel que ella creía imposible.

De repente ella, no lo soportó más, así que trató de colocar su mano para proteger su adolorida cola.

Ello sólo tuvo el resultado de que le aseguraran su mano contra la parte baja de su espalda y le descargaran una serie de mas de 20 chancletazos en cada muslo, empeorando con mucho el dolor que ya de por sí sentía.

Entre tanto, el tío de Camila estaba con el chico y la chica de su amigo.

- Usted por que esta aquí jovencito?

- Por perder 4 materias señor

- Y usted jovencita?

- Por perder 5 materias señor

- Pues yo me voy a asegurar que se acuerden de lo que deben ir a hacer al colegio

los dos chicos tragaron saliva al ver la correa de castigo en su mano

- Inclínense con las manos en las rodillas

Los chicos obedecieron de inmediato no queirendo hacer peor una de por si ya mala situación

el tío de Camila empezó dándoles un correazo a cada uno que los hizo saltar, y continuo dándoles dos a cada uno, luego tres. luego cuatro y luego 5 momento para el cual los dos ya lloraban como si tuvieran 5 años y hacían enormes esfuerzos por no levantarse a sobarse las colas castigadas.

- cuantas materias van a perder? (una serie de seis correazos a cada uno)

- whaaaaa ningunaaaaa señooorrrrrr

- a que van al colegio? (una serie de siete correazos a cada uno)

- a estudiarrrrr aaaaaaaaaaayyyyyyyy ooooooowwwwwwwwww - contestaron al unísono

los dos chicos tenian el cabello negro así que contaba como la primera pela del día, aunque el sabía que conseguir una chica pelirroja podría llevar algun tiempo


Cuando finalmente Fabricio soltó a Camila ella estuvo a punto de cogerse la cola cuando escuchó la voz de su tío

- acuérdese de lo que le advertí!!!!

Haciendo un esfuerzo increíble ella apartó las manos de su cola en llamas cerrándolas fuertemente en dos puños mientras bailaba al rededor. Finalmente, decidió ponerlas de nuevo en su cabeza.

- Gracias Fabricio, nos vemos en el trabajo el lunes - se despidió su tío mientras reiniciaban el camino hacia la plaza verde y la marcha de la vergüenza.

al llegar a la plaza verde, había toda suerte de chicos y chicas en ropa de castigo verde recibiendo varios instrumentos en muchas posiciones, Camila nunca había visto tanto chicos llorando al tiempo.

Al entrar en la plaza una chica rubia de unos 10 años se levantaba de las rodillas de su papa que sostenía un cepillo de pelo marrón en su mano y estaba iniciando su baile, cuando el papa de la chica se dirigió a su tío.

- Le interesa intercambiar? - dijo

al tío de Camila le pareció un poco pronto para la chica, pero no quería estar allí más de lo necesario, así que aceptó.

La chiquilla aun estaba en pleno baile cuando vio que su papa la llevaba con el tío de Camila

- nooo papiii por favorrr no maaassssss

- Acabamos de llegar señorita, además pegarle con una piedra a tu hermano en la cabeza, y mandarlo al hospital no es una cosa que merezca compasión

Al escuchar esto, al tío de Camila se le acabaron cualquier tipo de escrúpulos que hubiera tenido, tomo a la niña del brazo y comenzó a descargar los correazos en su pequeña colita mientras ella bailaba alrededor, tratando de esquivarlos.

Entre tanto el papa de la chica le preguntaba a camila - quien la trajo?

- Mi tío

- Porque?

- Por robarme el auto para ir de fiesta - fue la respuesta aunque cada vez más entendía lo mala idea que había sido esto.

El hombre entonces la empujó sobre sus rodillas y sin mediar palabra le comenzó a dar cepillazos, fuertes y rápidos en su pobre cola.

Camila, gritaba, pataleaba, se sacudía, prometía portarse bien y todo lo que se ocurría para tratar de detenerlo, para tratar de que parara de darle azotes con ese cepillo que dolía como si le estuvieran poniendo la cola sobre un fogón de la estufa.

De repente el hombre, al ver que su tío había terminado, se detuvo y la hizo levantar.

Camila empezó de inmediato a bailar, y sólo era capaz de apretar los puños contra los costados para tratar de resistir la tentación de tocarse la cola y quitar al menos una parte del dolor que sentía.

En cuanto el papa de la chica rubia la tomo del brazo se acercó a una mujer -le interesa intercambiar?

Camila sólo sabía que ya llevaban 2 de tres y esperaba que pronto apareciera la chica peliroja, sin embargo no tuvo tanta suerte, pues la siguente en acercarse fue una chica morena de 19 años con su madre.

- Podría encargarse de ella? le preguntó la madre al tío de Camila, necesita la mano de un hombre severo.

- Claro que sí, - dijo él - le importa? - agregó señalandole a Camila, ella sólo asintió y la tomó del brazo

entonces el tío de Camila se dirigió a la chica

- Por que la trajo su mamá?

- Por llegar borracha a casa

- Dese vuelta e inclínese sobre esa silla

La chica obedeció y de inmediato los correazos del tío de Camila empezaron a llover sobre su cola, la chica, que ya llevaba las marcas da varios castigos, empezó a llorar desde el primero y aunque levantaba una de las piernas con cada uno, no hizo ademán de levantarse o cubrirse la cola con las manos.

le cayeron mas de 30 correazos 12 de ellos en el sitio en que se sentaría después dejando marcas profundas en su piel y desde luego en su intención de volver a consumir alcohol alguna vez en su vida.

Cuando el tío de Camila le permitió levantarse, las piernas por poco le fallaban y no tenía energía mas que para llorar y limpiarse los ojos, ya que el dolor era tan intenso que no se atrevía ni a tocar sus nalgas.

Mientras tanto, la madre de la chica puso a Camila sobre su regazo y empezó a azotarle las nalgas con la mano, de forma rápida pero metódica, cubriendo cada centímetro de su joven trasero y cayendo muchas veces encima de las marcas de la pelas anteriores haciéndola ver los resultados de las malas decisiones que había tomado ese día.

Al levantarse, Camila simplemente se quedó allí llorando y esperando contra toda probabilidad que la siguiente fuera la última paliza del día

Entonces un hombre con una chica pelirroja, se acercó a su tío - ¿Le importaría intercambiar?, le dijo. Su tío miró al chica de arriba a abajo y se sonrío considerando la suerte que era haber encontrado tan pronto a la última chica de la condición que él había puesto.

- por supuesto-, respondió su tío - qué trajo? - el hombre le mostró un cinturón y él a su vez le mostró la correa con agujeros.

 Quien la puso en falda de castigo?- preguntó el hombre

- Mi tío

- Porque?

-Por robarme el auto para irme de fiesta

El hombre entonces la tomo del brazo y le asestó algunas nalgadas plass plass plasss

- Esta loca? sabe lo que pudo pasarle? plass plass plasss

- Ella se retorcía en su agarre y solo podía decir SSSSIIIII SEÑOOORRRR

El hombre la llevó hasta una silla y la hizo reclinarse sobre la misma

- Más vale que no se levante entendido?

- s..si señor - dijo la Camila

Él levanto el cinturón y comenzó a descargarle un azote tras otro y tras otro con fuerza mientras veía como el cinturón se le marcaba en las nalgas, dejando marcas blancas, en lugar de rojas, mientras Camila pataleaba y se esforzaba por mantenerse inclinada en la silla gritando por los correazos.

Cuando le permitió levantarse ella lazó las manos a sus nalgas y en el último momento se arrepintió de tocarlas apretó los puños a los lados y sólo pateó el suele con fuerza con una pierna a la vez. 

Él la miró sorprendido y fue cuando Su tío se acercó y le dijo: -tiene prohibido sobarse so pena de perder la ropa el resto del día.

El hombre le dio las gracias y se fue con su hija mientras s mama llegaba con un chico en short de castigo.

El tío de Camila entonces, decidió que era hora de irse la tomó del brazo y comenzó a llevarla hacia el auto. En esta ocasión decidió no continuar con la marcha de la vergüenza, para darle un respiro, cosa que ella agradeció muchísimo sin embargo al llegar al auto cayó en cuenta de algo.

- Apoye las manos contra el auto - le dijo.

ella temblorosa obedeció y a continuación sintió una oleada de fuego cuando un correazos se estampó en su maltrecho trasero. Brincó de la posición, y sin poder evitarlo mandó sus manos a sobarse la cola, el dolor fue tan intenso y sorpresivo que la reacción sucedió antes de poder controlarla.

Al percatarse de lo que había hecho, puso de inmediato las manos en su cabeza, pero ya era tarde. de un sólo tirón su tío le retiró la falda, dejándola desnuda de la cintura para abajo.

- Suba al auto, - fue su siguiente orden

Aunque el dolor de sentarse fue muy intenso, Camila tenía sentimientos encontrados. Por un lado esta aliviada de no haber tenido que pasar el día desnuda. Por otro lado avergonzada de estar con su zona privada al descubierto, y además agradecida de que su tío hubiera cumplido su deseo liberándola de cualquier clase de curiosidad.

Al legar a casa, su tío sólo la dejó bajar del auto cuando estaban dentro de la cochera, de manera que no tuvo que exponerse más.

- Siento mucho por lo que pasaste, pero eso era lo que habías pedido-

-Lo sé tío- Dijo ella, ahora sé que se siente y nunca más voy a volver a pasar por eso

a continuación se lanzó al cuello de su tío y le dió un enorme abrazo y un beso en la mejilla.

- Será mejor que descanses un poco antes de que regresen tus papás - le dijo, pensando como iba a explicarles que ella no podría sentarse en varios días.

Camila cayó dormida en cuanto tocó la almohada. varias horas más tarde al llegar sus padre le pidieron que bajara a la sala.

Al llegar a la sala, ella tuvo buen cuidado de permanecer de pié y no sentarse para que no se notara demasiado lo que había sucedido.

- Camila - empezó su papá, tu mamá y yo hemos estado pensando

-Y hemos decidido que ya que vamos a quedarnos a vivir aquí hay algunas cosas que debes aprender - continuó su mamá.

En ese momento su mamá sacó un paquete y colocó el contenido sobre la mesa. eran seis faldas de diferentes colores, completamente nuevas.


jueves, 7 de agosto de 2025

ETAPAS Y EDADES



Fue en una tarde lluviosa de viernes cuando Karen estaba hablando con su vecina, y confiándole secretos desde lo más profundo de su corazón. Al principio le parecio unapropiado, pues solo había invitado a la nueva vecina a la casa como un signo de cortesía, para conocerla y para presentarla al resto del vecindario. Pero mientras miraban las fotos de su hijo Juan cuando era un bebé, despertó un sentimiento muy profundo dentro de ella. Ella no entendía porque había tomado la decisión de trabajar en casa, si su hijo no la iba a necesitar, más bien se sentía como una cocinera, una criada y lavandera, pero nunca como una mamá.

La profesora Joan escuchaba todo esto atentamente. Finalmente pregunto “’¿alguna ves has considerado que la necesidad que sientes de cuidar a tu hijo es porque el aun necesita que alguien lo cuide?”

Karen se quedo atonita mirando a la profesora por unos momentos, porque había dicho un comentario que había estado dando vueltas en la cabeza de Karen por meses, algo que ella de algún modo sentía pero que no había podido sacar de su corazón. Juan acababa de cumplir 13 años. Ella había reprimido sus instintos maternales al máximo por considerarlos egoístas. El muchacho rechazaba todos los intentos de ser consentido o de que su madre mimara. Pero había una actitud en sus rechazos que le resultada misteriosa.

Karen continuó diciéndole a la vecina que tal ves tenía mucha razón en sus comentarios, pero Joan le interrumpió: “tengo el presentimiento de que si tan solo escuchas tus instintos, las cosas van a mejorar mucho con tu hijo” y le guiño el ojo con una sonrisa.

La profesora se despidió, no sin antes acordar hacer planes para salir a cenar juntas un día próximo.

Cuando Juan llegó a casa, un plato de galletas y un jarrito de leche estaban esperándolo en la cocina. Este rito siempre se había repetido en la casa hasta que cumplió los 9 años. Dudó un poco en tomar las galletas con leche, pero tenía hambre. “Gracias” grito, y se fue a sentar frente al televisor, llevándose su bocadillo.

Se fue a acostar un poco temprano para un fin de semana, porque su mamá insistió, diciéndole que tenían muchas cosas que hacer por la mañana. Juan no se quejó, porque se sentía cansado de todas maneras, y se quedo dormido rápidamente. 

Esa noche soñó que estaba caminando por un río, y mientras el agua fluía a su alrededor, se sintió feliz, como si esta se estuviera llevando todas sus preocupaciones y problemas.

Se levantó todo mojado y con mucho frío. Esto era algo que nunca le había pasado. Tenía miedo de lo que diría si madre si descubriera que el se había orinado en la cama, y estaba demasiado avergonzado como para averiguarlo. Entonces decidió que lo mejor era esconder la evidencia, “tal ves pueda esconder las sábanas en el closet y lavarlas cuando mamá no este en casa” pero mientras pensaba, todo su plan se vino abajo.

Karen abrió la puerta de el cuarto de su hijo, y encontró un niño al lado de la cama con las pijamas todas orinadas. “s..se me cayó un po..poco de agua en..cima” contesto asustado el niño, pero la verdad era evidente. Comenzó a llorar, no había palabras para explicar su humilación. Ella lo abrazó y trató de tranquilizarlo diciéndole que un pequeño accidente le pasa a cualquiera, que no tenía que preocuparse. Pero este muchacho, que había estado en el umbral de la adolescencia, reclamando independencia, era ahora un niñito que se orinó en la cama, con sus pijamas todas mojadas y necesitaba a su mamita para que le secara las lágrimas y lo hiciera sentirse mejor.

En ese momento Juan se sentía muy debil. Todo lo que podía hacer era sumergir su cabeza en el pecho de su mamá y llorar. “ya ya mi amor, todo va a salir bien, ven, vamos a ponerle algo sequito” le dijo dulcemente.

Juan dejo que su mamá le quitara las pijamas. Habían pasado mucho años desde que ella lo había visto desnudo, pero su privacia y modestia habían sido destrozadas con este accidente. Asi que se quedo quetido mientras su mamá le quitaba los pantalones de la pijama. “manos arriba mi amor” el obedeció dócilmente mientras mami le quitaba la camisa.

La idea de bañarlo le cruzo por la cabeza, pero casi inmediatamente la reprimió. Aun no entendía muy bien porque le había quitado la pijama ella misma, pero es que Juan le pareció tan pequeñito e indefenso, hasta lindo, que ella sintió el poder de arreglar todas las cosas y hacer lo que ella creyera necesario para cuidar a su niño.

“ahora vaya y báñese bien, yo voy a limpiar todo esto. No te preocupes, nadie tiene que saber de un accidente pequeñito”

Y el tema de la cama orinada no se volvió a tocar durante todo el día.

A la hora de acostarse, Juan estaba preocupado, pero seguro de que ya no se volvería a orinar. Esa noche soño que estaba en la casa, cuando sintió ganas de orinar, se levantó y fue al baño, pero la puerta estaba cerrada, lucho y lucho pero no pudo abrirla, no pudo aguantarse más y miró como una mancha húmeda le crecía en los pantalones mientras se orinaba encima, miró hacia arriba y ahí estaba su madre, que lo tomó de la mano y lo llevó hasta su cuarto, solo que ahora este tenía una cuna, una mecedora y una mesa para cambiar pañales, abarrotada de talco para bebés y pañalitos. Despertó por la mañana, y de nuevo se sintió todo mojado y frío. Se había orinado otra ves en la cama, y esta ves era bastante.

Karen sabia que debía ir al cuarto de su hijo esa mañana, y se encontro precisamente con lo que imaginaba; ahí estaba Juan sentado en su muy mojada cama, tratando de no llorar. Ella se sentó junto a el y le frotó la espalda con cariño.
“Te sientes bien mi amor?”
“si si, pero no se que me pasa, no lo hago a proposito”
“yo se, bebé, pero temo que tendremos que ir a ver al doctor, voy a ver si puedo sacar cita para hoy. Bueno, arriba campeón”

Juan se levantó, y una ves dejó que su madre le quitara la ropa, y se fue a bañarse solo.
Karen le quito las sábanas mojadas a la cama, y fue a buscar a su closet. Ahí encontró lo que necesitaba: los protectores de plástico que Juan usaba en la cama cuando era un niñito pequeño. Era lo mejor que podía hacer para proteger el colchón, pensó “solo espero que el estampado de ositos no le moleste mucho”.

Juan se mostraba inquieto y nervioso mientras estaban en la sala de espera de su pediatra. Tenía vergüenza de el hecho de que su madre supiera de sus accidentes por la noche, y no se sentía muy feliz de tener que contárselo también al doctor. Esperaba que de alguna forma se olvidaran que tenía cita, y de esta forma podría irse a casa y guardar su secreto.
Pero la enfermera gritó su nombre, y lo llevarón junto con su mamá al cuarto de examinación. Ahí lo pesaron y midieron. Con su 1.45 metros y 40 kilos era el niño más pequeño de su aula. La enfermera, tratando de alegrarlo un poco, le dijo que había crecido un poco desde su última visita. Pero Juan sabia que el era solo un niño pequeño, con un problema que solo le pasa a los niños pequeños.

La enfermera dejó el cuarto, pidiéndole a Juan que se quitara toda la ropa menos sus calzoncillos. Así lo hizo, y su mamá tomo su ropa, la dobló con cuidado y la puso en una silla cerca de ella. El doctor entró en el cuarto, y por una eternidad (al menos para Juan) el doctor y su mamá discutieron cada uno de sus accidentes. Le era difícil no ponerse rojo de vergüenza mientras su mamá contaba como le había enseñado a ir al baño cuando era bebé, hasta le mencionó el accidente que tuvo durante el paseo de segundo grado de la escuela.

El doctor ordenó algunos examenes, y cuando todo estuvo listo, su mamá le dio otra ves la ropa, y se despidieron, sintiendo que ahora todo el mundo sabía que bebé más grande el era.

Juan estaba determinado a no mojar su cama esa noche. Nada de liquidos después de las 6, y fue al baño justo antes de ir a la cama. Saltó a la cama y de imediato escucho el vergonzoso sonido del protector plastico. Cada vez que se movía en la cama, el sonido le recordaba que estaba acostado sobre una protector de plástico adornado con ositos, diseñado para disminuir los efectos de los accidentes de los bebés que aun no aprenden a ir al baño de noche.

“Juancito, mi amor, levántese”
Juan abrió los ojos lentamente, mientras su mamá le acariciaba los cabellos gentilmente
“tuviste otro accidente” el estaba mojado desde sus rodillas hasta casi su pecho, sus esfuerzos habían sido totalmente inútiles. Estaba condenado, parecía ser, a orinarse todas las noches.
Juan fue al colegio ese día con la seguridad de que el era el único estudiante de sétimo año al que la mamá le quitaba las pijamas orinadas todas las mañanas.

Mientras tanto, en casa, Karen recibió una llamada del consultorio de pediatra
“Dices que empezó a orinarse desde el viernes?” pregunto el doctor incrédulo.
“Si, Juan no hacia eso desde que estaba en el kinder, por qué?”
“el desarrollo neurológico de la vejiga de Juan es tan solo un poco más desarrollada que la de cualquier niñito pre-escolar, no hay ninguna posibilidad de que permanezca seco por toda una noche. Supongo que su vejiga sufrió algún tipo de regresión, pero es la primera ves que oigo de un caso así, tendré que consultar algunos libros, espero que te puedas hacer cargo del problema de la mejor manera”

Karen sabia lo que tenía que hacer. Era necesario dejar de lavar sábanas y pijamas todas las mañanas, y además tenía que asegurarse de que Juan durmiera bien todas las noches. Se sintió mal por Juan, ella sabía muy bien que ya de por si el se sentía muy humillado, pero también sentía que tenía que hacer lo necesario, por el bien de los dos.

Parecia ayer que el era todavía un bebé, el era muy lindo. Y ahora, a pesar de la edad, todavía era lindo. La mamá de uno de los compañeros de clase de Juan había comentado una ves que jovencito Juan se veía en comparación con sus compañeros, y que, a pesar de estar en la escuela secundaria, todavía tenia algo que lo hacia tan lindo y tierno como cualquier otro bebé.
Su aparentemente perpetua cualidad de parecer un niñito haría mucho más fácil cuidarlo de la manera más apropiada, pensó su mamá. De hecho, estaba ansiosa por hacerlo. Esperaba que el pudiera entender por que este paso era necesario, hasta esperaba que el pudiera apreciarlo.
Juan llegó a casa, y encontro a su mamá esperándolo en el sillón “Juan ven, tenemos que hablar” Juan tenía una idea del tema, pero se sentó en el sillón con ella.
Karen abrazo a su hijo, y comenzó a explicarle la situación “el doctor me llamó en la tarde con los resultados de los exámenes que te hicimos. Aún no saben cual es la causa, solo saben que no lo haces a propósito. Tu vejiga no se puede controlar toda la noche, por ahora vas a orinarte en la cama casi todos los días”
Juan comenzó a llorar cuando comprendió todo lo que su mamá le decia, Karen lo abrazo un poco más.
“bueno, mi amor, ,no queremos que te despiertes todas las noches todo orinadito, asi que decide ponerte de nuevo pañales ”
“no no mami no, voy a tratar más, ya no soy un bebé” protesto Juan.
“mira, yo decidí cuando quitarte los pañales, y ahora puedo decidir ponértelos otra vez. Amor, necesitar dormir bien, y yo no puedo lavar sábanas todos los días. Entiendes porque tienes que usar pañal?”
Juan dejó de llorar. Entendió que esto era para su bien. Por un lado sentia mucha vergüenza, pero por otro se sentia muy aliviado. Movio la cabeza para decir que si.
“y vas a dejar que te los ponga mientras resolvemos este problema?”
“si”
“ese es mi niño, vamos, tenemos que ir a la tienda”

Su pequeñito la necesitaba, y Karen estaba feliz de poder cuidarlo. Aunque aun estaba preocupada de que su problema solo fuera un síntoma o una señal de alguna cosa más seria. Pero por ahora, su hijo la necesitaba para ponerse los pañales, y Karen estaba ansiosa de hacerlo, si bueno, se sentía un poco culpable por esto, pero solo quería recuperar a su bebé.

Juan se sintió aliviado al ver que no había mucha gente ese día en el supermercado, lo último que le gustaría era que alguno de sus amigos o conocidos vieran a su mamá comprándole pañales. Llegaron y se estacionaron, luego su mamá cerro las ventanas y se bajó, Juan la siguió lentamente, aún no estaba seguro de querer hacer esto, se sentía un poco avergonzado con toda esta situación. “Tal ves, si no entro, no me compren nada” pensó por un momento, pero estos fueron casi de inmediato interrumpidos cuando su mamá lo tomó de la mano, ella eran sin duda más persistente que el, y no le iba a ser tan fácil escaparse de esta. “vamos, apúrate cielito”.

Y así, de la mano de su mamá, entraron al supermercado y directamente a la sección de pañales, donde había toda una pared repleta, con envolturas multicolores y diseños variados, todos dirigidos a niños chiquitos que aún no habían aprendido a usar el sanitario. Y uno de esos coloridos paquetes era para Juan.

El niño miro petrificado mientras mamá observaba y examinaba cuidadosamente todo el repertorio, queriendo escoger el pañal adecuado, y el más adorable tambien. En ese momento, una idea afloro en la cabeza del niño “hey, ninguno de estos me va a quedar, no hay ninguna posibilidad de que exista un pañal tan grande, estos pañales son para bebés, y yo no soy ningún bebé”.
“estos son perfectos mi amor, pampers tamaño 7, no más pijamas orinadas, estos te van a mantener sequito toda la noche”
Juan se quedo atónito y asombradísimo, hecho un vistazo rápido alrededor para asegurarse de que nadie pudo oír a su mamá. Como es que ella había sido tan indiscreta?

“oh, perdón, creo que no quieres que nadie sepa que estos son para usted, bueno, puedes ir a esperar afuera en el auto mientras los pago”

Al fin, la posibilidad de escaparse de aquella vergonzosa situación. Juan comenzá a caminar rápidamente, tratando de contener las ganas de correr que sentía, porque no quería llamar la atención. Creía que todo el mundo lo estaba mirando, así continuo su camino hasta afuera y corrió al auto, donde se sentó a esperar y se pudo calmar un poco. Pensando un poco en los acontecimientos, reconoció que las palabras de su madre lo habían aliviado un poco, hasta sintió un poco de satisfacción. No era un secreto lo mucho que detestaba levantarse por las mañanas todo mojado y frío, el olor no era muy agradable tampoco, y siendo sincero consigo mismo, empezaba a disfrutar todas las atenciones extras que su madre tenía con el desde que comenzó su problema, crecer era muy difícil y en ocasiones muy estresante, tal ves un pequeño descanso le haría bien.

Karen puso dos paquetes de pañales en el carrito, además de talco para bebés y crema para la pañalitis, luego rodó el carrito hacia una de las cajas para poder pagar. Mientras registraba los productos, la cajera, una joven de aproximadamente la edad de Katy, preguntó: 
“ah, tu bebito se quedo en casa?”
“no, esta esperando en el auto” repondió Karen, e inmediatamente se percató de la expresión de asombro de la cajera ante la idea de dejar un bebé de pañales solo en un auto.
“no no, el tiene doce años, ya se que me odiaria oirme decirle esto a alguien, pero es que a comenzado a mojarse en la cama otra ves, y bueno, pensé que estos le mantendrían seco y cómodo y me ayudarían también con la ropa que tengo que lavar cada mañana”

“sabes, a mi me hubiese gustado que los míos mojaran la cama de ves en cuando también, es que crecen tan rápido, y algunas veces quieres chinearlos”
“conozco ese sentimiento, ya se que esto es difícil para mi hijo, pero estos pañales son tan lindos, no puedo esperar a ponérselos!”
La cajera le dio el vuelto y la factura “si yofuera tu, aprovecharía esta oportunidad al máximo”


Por fin, de vuelta en casa, Juan se sentó para ver la TV. Un torrencial aguacero caía afuera, y al parecer iba a persistir por varios días, según los reportes en el noticiero. Hacia frío, entonces Karen fue a la cocina a preparar dos tazas de chocolate caliente. Cuando Juan era pequeñito, su mamá siempre le preparaba chocolate caliente y se sentaba a ver la tele con en noches lluviosas como estas. Su mamá pensó que tal ves practicando de nuevo estas viejas rutinas harían la idea de usar pañales un poco más accesible para su hijo, era su forma de darle permiso de que fuera pequeño otra ves.

Caminó hacia su hijo y le dio la jarra de chocolate “toma, has sido muy valiente durante todo esto, te ganaste un premio”.
“gracias” Juan bebió su chocolate y converso con su madre mientras veían la tele. Todo era muy familiar y confortable, se sentía muy bien volver a aquellos viejos rituales que tanto había extrañado mientras crecía. Su resistencia a la idea de usar pañales empezaba a quebrarse. Muy en el fondo, el sabía que realmente los necesitaba.

Al dar las nuevo, Karen miró su reloj “mira, ya es hora de prepararte para dormir, mi amor” levantó la bolsa del supermercado y llevó a Juan arriba hasta su cuarto.

“siéntate aquí” dijo dándole palmaditas a la cama, Juan le obedeció, y ella le comenzó a desatar los cordones de los zapatos.

“ah mamá, yo puedo desvestirme solo!” se quejó Juan con un tono de indignación en su voz.

“tranquilo amor, ya se que puedes, pero es que siempre duras tanto, y no tengo tiempo de esperarte” mientras hablaba continuó con su trabajo, quitándole a Juan los zapatos, y después las calcetas.
“levanta las manos” cuando Juan lo hizo, tomo su camisa, la levanto por encima de su cabeza y se la quitó. Luego la doblo y la acomodo ordenadamente en el armario.
“acuestate” en su actual situación, Juan no vio razón alguna por la cual oponerse, he izo lo que su mamá le ordeno. 
Lo único que podía hacer era quedarse quieto y mirar como su mamá le abría el botón del pantalón, le bajaba el zipper y luego le bajaba los pantalones hasta los tobillos. Después se los quito por completo, los dobló y los guardó al lado de su camisa. Por último su mamá le quito los calzoncillos. Juan se quedó acostado y tan vulnerable como era posible, mientras esperaba a que su mamá le pusiera sus pañales.

De la bolsá salió un tuvo de crema para pañalitis “me pareció ver unas manchas de irritación, mejor lo cuidamos antes de que se ponga mucho peor” dijo su mamá mientras le untaba la crema en la piel. Juan se sobresalto bastante, porque el era hasta hace poco un adolescente, y ahora su mamá le estaba untando crema en el trasero. En cierto modo era relajante, porque el sabía que estaba en manos buenas y amorosas.
Siguió el talco para bebés, el cual fue aplicado deliberadamente en toda el área que pronto cubriría el pañal.
Por último, el paquete de pañales, Juan observaba detenidamente mientras su mamá abría el paquete y sacaba un pañal blanco y perfectamente doblado, el mismo pañal que pronto estaría puesto alrededor de su cintura, el mismo pañal que no había usado desde que era un niño pequeño de unos 2 años.
“levanta un poquito las caderas mi bebé” dijo dulcemente su madre. Juan obedeció nuevamente, y mamá coloco el pañal debajo de el, lo jaló firmemente por en medio de sus piernas, y expertamente aseguró las cintas adhesivas en su lugar, dejando el pañal firmemente colocado alrededor de su hijito adolescente. Le sonrió, y la última idea de resistirse se rompió en su cabeza, se sentía muy bien de ser el bebé de mami. Juan no pudo resistirse y le sonrió también.

“viste, no estuvo tan terrible, verdad?” dijo mamá mientras buscaba unas pijamas en el closet de su hijo. El solo movió su cabeza haciendo un movimiento negativo. Su mamá tomó las pijamas de Tom y Jerry que hacía ya mucho tiempo que su niño no usaba, y gentilmente le ayudó a ponérsela, metiendole las faldas en los pantalones y ajustándole las medias blancas para que sus pies no quedaran descubiertos y fríos.
Hizó que Juan se metiera en la cama y le dio una palmadita en el pañal mientras lo cobijaba.
“te ves muy lindo en pañales”
Juan se puso rojo como un tomate “uh, gracias” y su mamá le dio un besito en la frente.
“que sueñes con los angelitos mi amorcito”
Apagó las luces, y salió cerrando la puerta.

PARTE 4

El ruido del pañal se escuchaba claramente con cada movimiento que Juan hacía. Si tan solo alguno de sus amigos de la escuela se enteraba de esto, se morirá de la vergüenza, pero esa noche la había pasado más relajado y tranquilo que las noches anteriores. Era seguro que se despertaría en la mañana en una cama seca, tibia y limpia, sin importar que se orinara o no, y seguro de que su mama vendría a cambiarlo amorosamente, y se quedo dormido.

En la tenue luz de sol que se colaba por su ventana en la mañana, Juan se fue despertando lentamente, y aún invadido por el recuerdo de las noches anteriores, se apresuro a revisar las sabanas “!están secas¡” se sobresaltó, “al fin, todo se acabo”. Pero luego recordó que su mamá lo mando a dormir en pañales la noche anterior.

Su mamá entró al cuarto “buenos día, vamos a ver como amaneció mi niño” levanto las sabanas y con la mano le reviso los pantalones de la pijama “estas seco” luego le bajo los pantalones un poco para poder revisar el pañal “vaya, te orinaste bastante, bueno, vamos a quitarte ese pañalito todo mojado”

Gentil y dulcemente su mamá le quito toda la pijama, y luego le quito el pañal mojado. Saco una toallita de bebés y le limpio bien toda el área que estaba cubierta por el pañal “ahora si, todo limpio y lindo, no podemos dejar que te roses. Ahora vete a bañar”

Juan se sintió un poco extraño haciéndose cargo de su propia higiene personal en ese momento, pero quería quitarse de encima cualquier señal de olor a bebé. Al fin salió de la ducha y fue a su cuarto, donde encontró que su mamá le había escogido la ropa para el día. Los pantalones cortos y la camisa de pokemon eran un poco infantiles, pensó Juan, pero sabia que tendría que usarlas de todas formas.

La rutina de la escuela pasó a un segundo plano en la mente de Juan, mientras el recordaba todo lo que había pasado en los días anteriores. Había une esperanza. Mientras nadie se enterara podría sobrevivir todas estas cosas que estaban pasándole.

Ya casi era la hora del almuerzo, y su vejiga comenzaba a rogar por ser vaciada.
“puedo aguantarme 15 minutos más” se dijo lleno de coraje, pero la urgencia se hacía más fuerte, estaba a punto de estallar!

Antes de que pudiera levantar la mano, el pipi se le escapo. Desesperada trató de pararlo, pero no podía, y una gran mancha húmeda le crecía en los pantalones y un pequeño charco se formaba alrededor de sus pies. Sus pantalones, sus medias, su camisa, todo estaba mojado.

La profesora noto la cara de preocupación en la cara de Juan

“Juan, que es lo que te parece tan malo de el álgebra?”
“es que yo....”
“oh, pero Juan, ¿te orinaste?”
Juan afirmó con la cabeza, mortificado, y una carcajada estalló en el salón de clases.
La profesora suspiro levemente“ve a la oficina del director, que llamen a alguien para que te recoja”.

Juan salió de la clase, tratando de ignorar los comentarios de todos sus compañeros. Tenía miedo de lo que podía pasar en la oficina.¿tendría que confesar que se orinaba en la cama todas las noches? ¿tendría que revelar que usaba pañales de bebé?

Entro a la oficina y caminó hasta el escritorio, la secretaria estaba haciendo unos papeles
“¿en que te puedo ayudar?” pregunto sin siquiera mirarlo.
“es que yo...” las palabras se le atoraron en la garganta. Tendría que admitir su conducta de niño de preescolar “me orine” tartamudeo “¿podría llamar a mi mamá para que me recoja, por favor?”.
La secretaria levanto la mirada “ah” dijo cambiando su todo de voz como si estuviera hablando un niño mucho más jovencito “por supuesto, siéntate, veremos que podemos hacer”
Juan le dio el número de teléfono a la secretaria
“Buenos días señora, esta es la escuela de Juan. Parece ser que su hijo tuvo un accidente..... no no, el esta bien, quise decir, que se orino en lo pantalones.... si bueno, esto no había pasado antes, pero creo que lo mejor es que venga y lo recoja....bueno perfecto, el estará esperando aquí en la oficina.... adiós. Dijo que ya viene para aca”

una toalla fue colocada sobre una silla y la secretaría hizo que Juan se sentara ahí. Sus ropas mojada se adherían a su piel, como una forma constante de recordarle que acababa de hacer algo que uno podía esperar de un niño de kinder. Y en ese momento, el quería que su mamá llegara como abría querido cualquier niño de 5 años. El solo quería irse a casa, cualquier cosa que su mamá decidiera estaría bien.

Karen se encaminó a la escuela de Juan. Estaba segura de que esto podría pasar en cualquier momento, y estaba preparada para llevarse a su varoncito a casa. Pensaba que la escuela secundaria no era el lugar adecuado para el. Tal ves, por un poco tiempo, sería lo mejor que el se quedara en casa donde ella pudiera cuidarlo.

Su mamá llegó y lo saco de la escuela, llevándolo en auto de vuelta a casa.
“ya se que no es tu culpa mi amor. Vamos a llevarte a casa y voy a dejarte que te limpies, pero tienes que entender que tienes que volver a usar pañales durante el día”.

Ya en casa, Juan se bañó, y se vistió en las ropas que su mamá le había escogido nuevamente. Se fue a la sala para ver un poco de TV, su mamá se sentó con el. Un comercial de pañales pasó. A Juan le dio un poco de vergüenza, las barreras protectoras, la absorbencia, todos estos eran los elementos que mantenían su cama seca por las noches. El comercial también le llamó la atención a Karen; una ves más estaba dentro del grupo de mamás que compran pañales. Este comercial estaba dirigido a ella, una madre preocupada que deseaba mantener a su bebé seco y cómodo.

Más tarde, cerca de las 6, Karen interrumpió el juego de video de su hijo
“¿qué te parece si vamos a comer pizza?”
A Juan le encantó la idea, se puso los zapatos y un abrigo.
Cuando iban saliendo, Karen se detuvo y le dijo a su hijo “¿por qué no vas orinas? No quiero accidentes cuando salgamos”.
Juan se sintió un poco avergonzada de que su mamá le estuviera controlando las veces que debía ir al baño, pero sabia que no era tan mala la idea.

Ya en el restaurante comieron placenteramente y hablaron. Cuando acabaron Karen pagó la cuenta.
“amor, ¿por qué no vas a hacer nines antes de irnos?, te tomaste mucho refresco”.
Juan casi se muere de pensar que tal ves alguien hubiera escuchado a su mamá hablarle así. Estaba seguro de que no tenía que orinar, pero no se iba a poner a discutir con su madre.
Pero la verdad era que si tenia que hacer, y bastante. Se preocupó un poco de que no se hubiera dado cuenta o que no lo hubiera sentido, pero no le comentó a su mamá nada de esto.