lunes, 1 de febrero de 2021

El gusto de Nicole por llevar pañales 7

El crecimiento y el desarrollo de Nicole se estaban dando al igual que una papaya en su maduración. Ella misma veía con gran felicidad que su cuerpo evolucionaba. Cuando se daba una ducha en casa después de la escuela, podía apreciar que sus piernas poco a poco se poblaban de bellos en mínima cantidad, del mismo color a los de su cabeza, y estos mismos igual ya estaban presentes en lo que era su joven vagina: su fina y delicada fuente de placer. Eso le emocionaba mucho porque significaba que pronto podría estar con alguien del sexo opuesto e ir probando experiencias que le hicieran sentir mucho más. En cuanto a lo que había hecho con sus padres, lo de hacerse popó en su calzón frente a ellos para que le compraran pañales, en su casa se había olvidado; por fortuna ellos dos no hicieron preguntas, solo superaron su molestia con ella poco a poco, hasta que los tres volvieron a interactuar como siempre, con mucha alegría y sonrisas. La chica de los doce años que ya iba en camino a los trece años poco a poco iba teniendo más y más ideas al respecto de los pañales, ya no eran actividades sencillas en las que se los ponía en el baño a solas y los usaba mojándolos o haciéndose popó, sino que en su joven mentalidad ya estaba buscando el objeto con el que probar la estimulación para sentir más cosquillas en el interior de su vagina. Esas ideas le daban porque en su escuela por una vez a la semana, llegaban unas personas a hablar sobre la sexualidad y eso a ella le encantaba, porque cada tema que tocaban los podía ir rectificando con sus propias experiencias, estaba totalmente de acuerdo con las sensaciones de las mujeres al frotarse por en medio de las piernas, al igual con lo que era el introducirse algo sólido en la cavidad de su vulva. En un día normal en la vida de Nicole, ella se encontraba en la escuela. Todo su salón tenía la última hora libre, solo estaban esperando que sonara la campana para poder retirarse. Faltaba media hora para eso, por lo que todos conversaban con sus mejores grupos de amistades. De pronto, Nicole vio que dos de sus compañeras se sentaron en sus sillas vacías, las que estaban a su lado, y le comenzaron a decir a Nicole: ─¿Oye Nikki, tú que piensas sobre que las personas a veces se desnudan por cámara para otros?─. ─Si, es un tema que esta ahora de moda. Dicen que varias chicas de la escuela lo han hecho cuando se meten al baño─. La preciosa Nicole escuchó eso y se sorprendió, fue como escuchar que a muchas otras chicas les gustara usar pañales. Eso le dio una fortuna enorme, porque le indicó que aquellas que hacían eso, también tenían gustos raros que hacer a solas. A lo que son su tierna voz, les dijo: ─La verdad, no lo sé. Es primera vez que escucho algo como eso─. Su otra compañera le dijo: ─Si, son cosas que muchos chicos hacen─. Nicole vio que las dos chicas tomaron sus mochilas y salieron del salón para irse a dar una vuelta, mientras llegaba la hora del toque de salida. En ese momento, Nicole empezó a sentir esas ideas algo agradables, afirmó que eran de la talla de sus acciones con sus gustos tan extravagantes. Se mantuvo sentada en su silla, pensando en cómo sería si ella lo hiciera. Mientras se concentró en eso, los ruidos de sus compañeros se hicieron mudos, era como si estuviera en una cámara de silencio. Su mente se concentró en imaginarse a sí misma ante la cámara de su computadora para comenzar a desvestirse para un desconocido. En cuestión de ocho minutos que se concentró pensando en eso, se sintió excitada, sus respiros eran calientes y su piel se puso erizada, ella misma lo podía sentir y ver en la piel de sus brazos. Empezó a mover las piernas en su silla como queriendo ir al baño a hacer pipí, pero decidió calmarse para que los últimos tiempos en el colegio se hicieron rápidos. Y así fue. Luego tocaron la campana, los chicos en el salón de Nicole se echaron las mochilas al hombro y se fueron hacia la salida. Lo mismo hizo la hermosa chica. Nicole caminó como siempre hasta llegar a su casa, no sin antes pasar a comprar un pañal que necesitaría para esa sesión. Por esos momentos no se sintió caliente, pero las ganas de atreverse a hacer algo como eso le encendieron en cuanto escuchó que el candado en su puerta quedó puesto. Si eso era realmente una moda, definitivamente no tenía quedarse sin probarla. Ella misma pensó con su gran mente que si lo hacía no le pasaría nada, porque estaría actuando ante la cámara y si de vergüenza se trataba, ya había comprado muchos pañales en riesgo que la vieran y se había hecho popó en el cazón ante sus padres: todo sería seguro. Lo mejor de eso, era que con hacer eso en ese momento, no dudaba que se fuese a dar lo que más anhelaba en su vida: ver un pene, pues a esa edad, ya era la suficiente como para pensar sin problemas en eso. En las pláticas de sexualidad les enseñaban dildos y preservativos, pero ella siempre tenía dudas de cómo lucía un pene de verdad, y en ese día, estaba dispuesta a ver uno. Sin preocuparse por quitarse la falda y playera del uniforme, se fue en busca de su computadora, pues para desvestirse, ya lo haría delante de la cámara. Encendió su laptop rápidamente, y mientras cargaba todo, sacó de su mochila el pañal que como ella, estallaba en aromas a bebé. Se encerró en su cuarto, quedándose solo en calcetas. Se recostó en su cama boca abajo en busca de una persona con la cual hacer video llamada. Como no tenía experiencia, entonces se puso a buscar en internet sobre lo que era esa supuesta moda, encontrándose con foros y páginas donde se podían hacer citas con otros desconocidos. Así que no perdió el tiempo y se puso a entrar a un foro con usuario de visitante. La hermosa chica escribió en la página: Hola a todos, soy una chica de 12 años, casi 13, estoy en busca de un hombre de cualquier edad que quiera verme por cámara, en este momento estoy vestida con mi uniforme escolar pero quiero irme desvistiendo poco a poco, y que acepte verme usando mi pañal que me encanta usar. Espero que quien acepte se muestre en rostro, sobre todo que me deje ver su pene… Nicole pulsó en enviar. Su mensaje fue enviado a la sala donde llovían propuestas para pasar el momento bien rico. Nicole se puso nerviosa, pero eran nervios de ansias, en ese instante ella quería llegar al orgasmo y que alguien le hablara dulcemente, sobre todo, aprender a ser una niña grande tan inocente y sucia. Le alegraba el hecho que cuando se ponía caliente, le daban ganas de hacer popó, y en ese instante, ya estaban listas. Seguido, en menos de cinco segundos llegó un mensaje de un usuario que le decía: ¡Yo! Luego llegaron más que le decían: ¡Yo nena, yo te quiero ver usando tu pañal! Nicole se puso caliente con el segundo mensaje, pues fue el usuario que mencionó pañal, por lo que sin dudarlo, abrió la sala de chat y le envió mensajes, diciéndole sus datos de Skype para que la buscara. Lo que Nicole quería era no perder el tiempo, sus padres llegarían en tres horas y no estaba la ocasión para estar pensando mucho. Entonces, Nicole abrió su cuenta en Skype y se encontró con el usuario. La chica puso su computadora en la orilla de su cama, haciendo a un lado las almohadas. Esperó que se vincularan bien y luego, vio sonar la llamada con cámara… Nicole aceptó… ─Hola─. Dijo ella. Viendo luego que la cámara le mostró a una persona de unos cuarenta años, con barba. Afirmó que era un hombre casero pervertido, pero no le podía valer una popó quien le tocó para esa llamada, pues la popó era valiosa para ese instante, ella afirmó que le mostraría su cuerpo desnudo a ese hombre. ─Hola, nena, muéstrame─. Dijo el hombre, con su tono de voz ronca. Nicole sonrió, y entonces se retiró su falda escolar pasándola por sus brazos al igual que una playera, quedándose en su calzón color amarillo con puntitos color rosa, el que dejaba ver a princesas en su pelvis. ─¡¡Huy que hermosa eres niña… muéstrame más!!─. Dijo el hombre. Nicole quiso estar así un momento antes de quitarse las pocas prendas que le quedaban, y se quedó acostada en su cama, viendo a los ojos a la persona que le tocó en esa primera vez. Seguido, se sentó, comenzando a quitarse su corpiño, el cual hacía juego con su calzón femenino. Lo hizo lento, sintiendo los mismos respiros en cada fantasía, también eran los mismos que sintió en la escuela hacía rato. Al quitárselo, abrió sus brazos para que el hombre pudiera verle todo su pecho. ─Espero te gusten, pero soy bonita aún sin tenerlos grandes todavía─. Dijo Nicole, con tono inocente, pero sintiendo que sus palabras la calentaban más. ─¡¡Si nena, eres hermosa, divina, ponte en cuatro… deja ver tus pompas con tu calzón!!─. Le dijo el hombre. Nicole hizo eso mismo, entendiendo que debería estar de rodillas y apoyada con sus manos. Le dio la espalda al hombre, dejando ver sus pompas. Al estar así, tocó sus pechos, sintiendo que se le ponían duros. ─¡¡Quítate tú calzoncito y ponte tu pañal!!─. Dijo el hombre. Nicole se llenó de calor. Con solo un exhalo casi echó humo, y siguió para satisfacer al hombre. Se acostó ante la cámara, viendo el rostro de la persona, quien ya se estaba masturbando, no había dudado en hacerlo con el cuerpo de Nicole, y ella vio que el pene del hombre ya era visible a su ángulo. Eso le llenó de calor, deseaba estar con él como para que la penetrara con todo ese trozo, Nicole comprendió porqué los dildos que mostraban en su colegio eran idénticos a los de la vida real. Así que estiró su mano y tomó el pañal, comenzando a abrirlo. Ella mientras lo hacía, el hombre pudo ver que el calzón de Nicole ya estaba húmedo en su pelvis, supo que estaba lubricándose como para una penetración. Realmente lo deseaba, con frotarse todo su pene tieso sentía que lo tenía como un pepino. Nicole se quitó lentamente su calzón ante la cámara, mostrando sus pompas, su vagina y sus dos cavidades. ─¡¡Eres hermosa… ponte tu pañal y mastúrbate!!─. Volvió a decir el hombre. Nicole hizo caso. Se puso el pañal sin perder tiempo, cubriéndose la intimidad y entonces, con la forma en que se masturbaba, se metió la mano derecha en el interior del pañal y luego sus dedos, mostrando al hombre su estilo. ─¿Te gusta? Dime que sí… ¡Ya estoy caliente!─. Dijo Nicole, sin penas ni titubeos, sintiendo que su vagina lubricaba más y más conforme aceleraba los movimientos. ─¡¡Claro que sí me encanta… nena... sigue… libérate, yo aquí te miro!!─. Entonces Nicole se calentó demasiado, por lo que sin pensarlo más se quedó masturbándose por quince minutos ante el hombre, sintiendo los calambres salir de su vagina y llegar a todo su cuerpo. Su piel ya sudaba como si estuviera un derrame de agua en su ser, y vaya que sí lo estaba habiendo. Cuando Nicole sintió que en sus dedos ya tenía como miel, entonces quiso seguir con sus mismos gustos, pues sus ganas de hacer popó aumentaron. Entonces sacó su mano derecha y se puso en cuatro ante la cámara, y le dijo al hombre: ─Me voy a hacer popó en mi pañal─. ─¡Adelante!─. Le dijo el hombre. Nicole pujó como nunca, sintiendo las clásicas formas de ensuciarse en el pañal. Su popó se acumuló en sus pompas, emergiendo el olor. Cuando terminó, Nicole sintió todo embarrado en sus pompas, pero no quería tenerlo solamente ahí. Se acercó a la cámara y le mostró al hombre que se sentó en la cama, sintiendo que la bola de suciedad se le iba hacia las entrepiernas, claramente ya la tenía cubriéndole su vagina. ─¡¡Sigue… eres hermosa… mánchate si quieres… se ve que eres una niña sucia… sigue!!─. Le dijo el hombre con ánimos a Nicole. Ella se calentó más con escuchar que era una niña sucia. Eso le encantó. Era tan delicioso escuchar que le dijeran sucia. Así que para terminar y ahora sí venirse con todas sus fuerzas, se recostó en medio de su cama y sin dudarlo, metió su mano derecha nuevamente en el frente del pañal, sintiendo que hundía sus dedos en el lodo, pero era su popó tibia, en perfectas condiciones para eso. De igual forma que la primera vez, Nicole empujó un poco de popó hasta el fondo de su vagina, hasta donde le llegaban sus dedos. Los calambres siguieron fuertemente, dándole placer hasta la punta de sus cabellos. ─¡¡Oh estoy muy sucia de mi vagina!!─. Dijo Nicole al hombre. ─¡¡Sí, sigue… eres una niña sucia y te cogería toda!!─. Dijo el hombre. Nicole siguió frotándose con su mano derecha, tan fuerte, sin importarle los riesgos que le pusieran venir por introducirse esas sustancias corporales en su vagina. Hasta que ¡¡¡HUMMM!!! Nicole estalló en orgasmos contenidos… ya ni sabía para donde mover sus piernas, todo era tan rico y repetido que realmente quería que el pene del hombre fuera quien le diera todo ese placer. Antes que lo caliente se le fuera, con las piernas abiertas, se desabrochó las cintas del pañal, mostrándole la suciedad a su compañero de video llamada. ─¡¡Sucia… sucia, mira que vagina tan sucia…!!─. Al decir eso, el hombre también se vino. Nicole pudo ver que del pene del hombre emergió un fluido blanco en grandes gotas, igual escuchó sus gemidos como si fuera un toro embravecido. Los dos se mantuvieron frotándose hasta que las ganas se fueron disminuyendo. Nicole sintió que todo había acabado, tendría que irse a lavar rápido para evitarse molestias por la suciedad que en su cuarto olía fuerte. Poco a poco fue sintiendo que su temperatura bajaba y entonces, se despidieron. Al apagar la cámara y bajar la computadora, Nicole vio el desastre en su cama: habían manchas de popó en las sábanas y tenía que apresurarse a poner en lavado todo eso. Así que primeramente se fue a dar una ducha el baño lo más rápido posible, metiendo sus dedos en su vagina para sacar los grumos apretados de popó. Al final, se fue a retirar las sábanas a su cama. Las echó a la lavadora con mucho jabón y tiró el pañal en el contenedor de la colonia donde vivía… Con lo que era ya experta, todo quedó en casa totalmente limpio. Todo parecía que Nicole había limpiado bien. Cuando los padres de Nicole llegaron, vieron a su hijita haciendo sus tareas, alguien tan responsable en la vida, pero bien caliente y sucia en la cama…

RUTH, RECIBE UNA AZOTAINA DEL DIRECTOR

—¡Levántate! —Cuando ella se levanta, cruzo la habitación. Mi paso es lento y digno. Me siento en el sofá haciendo que los muelles crujan ru...